A Brian Cullinan le va a salir cara su afición a hacer fotos en horas de trabajo. Una vez sabido que el socio de la empresa de auditoría Price Waterhouse Cooper (PwC) fue quien puso en las manos de Warren Beatty el fatídico y equivocado que debía contener el título de la Mejor Película y, en realidad, era el correspondiente a la categoría de Mejor Actriz, todas las preguntas giran alrededor de la misma duda: ¿cómo un hombre de probada profesionalidad pudo cometer semejante error en una fase tan sencilla y a la vez delicada del proceso? Incluso los propios auditores habían dicho días antes de la gala que "estamos tan concentrados en nuestro trabajo que no nos importan las horas que pasemos parados".

Esa concentración se esfumó en el caso de Cullinan, y ahora ya se conocen más detalles de los momentos inmediatamente anteriores al bochornoso suceso: el auditor estaba muy ocupado haciendo una fotografía a la ganadora del Oscar a mejor actriz, Emma Stone, cuando pasó a su lado tras recibir el premio. Y, a continuación, se apresuró a subir la foto a su cuenta de Twitter. Esa celeridad no fue nada beneficiosa para su celo profesional, como se pudo comprobar luego. Después de que su compañera Martha Ruiz diera a Leonardo DiCaprio el sobre con el nombre de Emma Stone, Cullinan, situado en el lado izquierdo, debía haber destruido el duplicado, pero no lo hizo y fue el que acabó en las yemas de los dedos del atribulado y estupefacto Warren Beatty. Lo demás es (ridícula) historia.

El tuit de la desgracia fue eliminado al instante porque Cullinan -32 años de experiencia y 4 trabajando para los premios- se dio cuenta de que el mismo era una prueba concluyente de que había estado haciendo lo que no debía en un paso decisivo que exigía toda su concentración, pero en internet es imposible borrar todas las huellas.

Cullinan no podrá volver a hacer fotos a sus estrellas favoritas tan de cerca y en momentos tan especiales: la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas ha anunciado que tanto él como su compañera Martha Ruiz (parte inocente en esta parte del asunto, aunque no en la posterior gestión del desaguisado) no volverán a trabajar en la ceremonia de entrega de los Oscar, aunque la relación con la consultora se mantendrá por razones prácticas: la parte del reparto de sobres es la menos ardua de todas sus actividades€ si se hace bien, claro.

Cheryl Boone Isaacs, presidenta de la Academia, dijo a "The New Yorker" que quedó horrorizada con el fiasco: "Solamente pensé '¿qué? ¿Qué?' Veo a un miembro de Pricewaterhouse llegando al escenario y dije 'Oh no, ¿qué está pasando? ¿Qué? ¿Qué? ¿Qué? ¿Cómo es posible". "Y luego sólo pensé 'Oh Dios, ¿cómo esto pasó? ¿cómo€ esto€ pasó?".

Dichoso tuit€