El Museo de Bellas Artes tuvo un gesto especialmente significativo en el acto de la firma de la donación, al reservar tres lugares de privilegio, en primera fila y justo enfrente de Plácido Arango, a tres personas que, según reveló el empresario, fueron claves para que las piezas terminasen en las colecciones de la pinacoteca: Pedro de Silva, Javier Barón Thaidigsmann y Marilyn Orozco. El primero, representante legal y "amigo fraternal" del empresario, tal y como el propio Arango reveló, marcó la hoja de ruta de la donación, mientras que Barón y Orozco hicieron gala, respectivamente, de su conocimiento de las colecciones del Bellas Artes y del propio Arango para hacer la mejor selección posible de las obras. "Son los ángeles tutelares de la donación", reconoció, tras el acto, Alfonso Palacio.