Un equipo internacional de científicos ha descubierto pruebas de uno de los primeros asentamientos del hombre moderno (Homo sapiens) fuera de África, lo que refuerza la teoría de que la ocupación de Europa en el Paleolítico Superior se llevó a cabo desde varios focos y no desde un único punto como se pensaba. Los investigadores, entre ellos científicos del Institut Catalá de Paleoecología Humana i Evolució Social (IPHES), de la Fundación Atapuerca y del Museo Nacional de Ciencias Naturales, han hallado herramientas de piedra de entre 36.000 y 54.000 años de antigüedad en la cueva de Kaldar, en los montes Zagros de Irán. Estos restos de humanos presentan características propias del Paleolítico Superior y son, por tanto, las primeras evidencias culturales de la existencia del hombre moderno fuera de África, y una prueba sólida de que la ocupación de Europa no se originó en un sólo punto, según el estudio publicado en Scientific .