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Hablemos en serie

Esto no es lo que nos contaron de niños

"La guerra civil americana en color" y "The American West" ponen al día los mitos creados por Hollywood

último combate.

Los norteamericanos siempre han sabido tratar su pequeña historia a lo grande. Pequeña en comparación con la de otros imperios, quiero decir, aunque indudablemente intensa. De que nos llegue esa intensidad a los demás habitantes del planeta siempre se ha ocupado la todopoderosa industria del espectáculo. Allí nunca se despreció el arma de propaganda masiva que es el cine y la televisión para extender el modelo de vida americano. Y, en consecuencia, sabemos a veces más (o menos, según el grado de distorsión) de Lincoln, Billy El Niño o el General Custer que de Negrín, Durruti o Prim.

Fin del preámbulo. Y ahora la propuesta para acercarnos a la historia norteamericana con dos buenas series que mezclan lo meramente documental con recreaciones actuales de los episodios narrados. Empezamos con La guerra civil americana en color (Canal Historia) sobre la catástrofe que dividió al país en dos abriendo una herida que aún no se ha cerrado. La gran novedad de la serie es haber puesto los avances tecnológicos en marcha para que hacer más "modernas" las fotografías que quedan de aquella época. Era un arte aún titubeante pero que ya servía para que los ciudadanos tuvieran testimonios gráficos del horror, con las consecuencias evidentes que se producían luego en la opinión pública. Y, ciertamente, llama la atención la recuperación de personajes históricos como Lincoln dando color a su piel, a sus ojos o a su atuendo, aunque lo más impactante es la visión de los resultados de las batallas, con cadáveres destripados y encharcados en sangre (la serie no es apta para todos los públicos). De todos modos, no deja de ser un elemento accesorio (como no hay muchas imágenes a veces se repiten demasiado) porque lo realmente importante es la narración bastante ecuánime del origen, el desarrollo y el fin del conflicto, con intervenciones de expertos que saben contar las cosas con amenidad y rigor (entre ellos el actor Richard Dreyfuss, asiduo participante en recreaciones de episodios históricos). El resultado es notable y aporta una visión ajustada tanto de los componentes ideológicos y sociales como de los entresijos bélicos, incluyendo información sobre armamento y tácticas.

Una vez terminado este repaso a la Guerra de Secesión podemos pasar a The American West (Odisea), una producción de lujo que destaca como no podía ser de otra forma la presencia de Robert Redford como productor ejecutivo. Ventajas: es una garantía de que los guiones serán respetuosos con las minorías étnicas. Desventajas: ciertas concesiones "estelares", como la aparición como expertos de actores fascinados por el asunto (Redford incluido) y un tono general bastante superficial, empezando por la elección de unos personajes requeteretratados ya por el padre de todos los géneros, el "western". La serie es un entretenimiento lustroso que recrea con acierto desigual unos tiempos donde la leyenda campaba a sus anchas, Ford mediante. Por ahí desfilan Billy El niño, Jesse James, Wyatt Earp, Toro Sentado, Caballo Loco... y, por supuesto, el inefable general Custer, pintado aquí no como un héroe romántico tipo Errol Flynn sino como el iluminado temerario que fue en realidad. La recreación de su última batalla es uno de los momentos fuertes de la propuesta, y como los historiadores no tienen muy claro si se pegó un balazo él mismo (lo más probable) o lo mataron los indios, el director opta por una inevitable elipsis justo en el momento en el que amartilla su revólver.

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