El Centro Cultural Islámico de Madrid, más conocido como la "Mezquita de la M-30", defiende el uso del hiyab, el velo islámico, al considerar que se trata de un derecho y no de una carga impuesta a las mujeres musulmanas, y que supone además una defensa contra el acoso sexual en el trabajo.

Así lo entiende Sami el Mushtawi, portavoz de la institución, quien lamenta una reciente sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos que permite a las empresas prohibir el uso del velo islámico. "Nos duele mucho que en los tiempos de la libertad religiosa y de la tolerancia no se deje a la mujer musulmana cumplir con los mandamientos de su fe", sostiene El Mushtawi, que añade que as musulmanas que lo portan creen que "vestirse modestamente" y cubrirse el cabello "minimiza el acoso sexual en el lugar de trabajo".

Los eruditos islámicos han concluido que el uso del hiyab es obligatorio en presencia de hombres que no son parientes cercanos. De ahí que las musulmanas lo utilicen, porque "respetan la orden divina, acatan esta orientación y lucen orgullosamente su hiyab", según explica El Mushtawi, quien incide en que, para estas mujeres, el uso del velo es "un derecho, y no una carga".