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SEGISMUNDO MEANA | Actor, director y autor de teatro amateur

"Me encanta el teatro, pero si es lo que me tiene que hacer feliz en vez de la vida, estoy jodido"

"Fui entrenador de fútbol durante veintiún años, de alevines a regionales, y vi la evolución social hacia la falta de respeto"

Segis Meana se asoma a uno de los decorados de sus obras. MARCOS LEÓN

-Mi estado normal es la tranquilidad, relativizo todo. Mi madre me decía "yes igual que xole" y algún revés que me dio la vida...

Segis Meana (Llanera, 1957) es el director de la compañía de teatro aficionado "Chanclos Asgaya", que trabaja en asturiano. Actúa, diseña y construye decorados, escribe obras como "¿Quién ye el postreru?", "Drácula ye teverganu" y "Conspiración pa un asesinatu" y adaptaciones al asturiano de "El médico a palos" y "El avaro", de Molière. Vive en Latores.

-Soy el cuarto de los nueve hijos de un carpintero de Didier y un ama de casa.

- Que trabajaba...

-... Como una negra: nos levantaba y nos hacía los desayunos; cuando volvíamos, estaba la comida; recogía y empezaba a preparar meriendas y cuando acababa, nos daba la cena. Tengo un monólogo de eso. Era hija del secretario del Ayuntamiento de Llanera, que tuvo 22 hijos con dos mujeres. Tuve 6 güelos: la madre de mi padre se casó dos veces, y el padre de mi madre, también.

- ¿Creció en aldea?

-No. Coruño nació sobre la fábrica de explosivos.

- ¿Cómo llegó al teatro?

-En el colegio de los salesianos del Naranco hacían mucho teatro cómico. Representábamos papeles masculinos y femeninos. Entré a los 13 años para hacer oficialía industrial.

- ¿Cuánto estuvo interno?

-Cuatro años. Los tres primeros meses lo pasé muy mal. Todo era disciplina y hacer cola. Éramos 252 chavales de toda Asturias. Lo mejor fue sobrevivir y la relación que creas con gente tan distinta. El año que salí se fundó la asociación de antiguos alumnos, me eligieron para la directiva y tiré por el teatro. No sabía y no funcionó bien.

- Salió tornero.

-Trabajé diez años en industrias Jora. Tuve un accidente grave. Me giró una radial, me dejó un dedo colgando, me cortó el cuello y no me mató porque dio en la mandíbula. En la operación no me anestesiaron bien y pasé cinco minutos creyendo que estaba muerto. Vi el túnel de los cojones y a mi mujer y a mi hija alejándose. Quedé traumatizado, incapaz de volver a coger la radial. Pasé dos años en paro y entré en los recambios de automoción.

- ¿Cómo volvió al teatro?

-Con 40 años. Entré en la Asociación de Padres del Instituto Alfonso II, me pidieron que hiciera algo de teatro y en 1998 representamos el "Retablo jovial", de Alejandro Casona, padres, alumnos y exalumnos. La madre de un alumno me comentó que en el Centro Asturiano tenían un grupo de teatro y buscaban director.

- ¿Cuánto estuvo?

-De 1999 a 2006. Hacíamos cosas como "Un marido de ida y vuelta", de Jardiel Poncela. Más adelante surgió hacer algo de teatro cómico asturiano, que yo desconocía. Soy muy asturiano, pero al principio no me gustaba... hasta que lo entendí.

- ¿Qué hay que entender?

-Hay que distinguir entre el teatro costumbrista, que tiene una temática y unas pautas y es el que borda la Compañía Asturiana de Comedias, que tiene 100 años. A mí no me gusta estar tan constreñido... Cuando formé "Chanclos Asgaya", empezamos con un drama, "Una estrella", de Paloma Pedrero, y me dieron el premio al mejor actor en Vegadeo. Entré en la Federación Asturiana de Teatro Amateur (Feteas) en 2009. Había mucha demanda de los ayuntamientos de teatro en asturiano.

- ¿Cómo se le ocurrió escribir?

-En un cuento Woody Allen decía que Drácula moría de insolación y partiendo de ahí creé "Drácula ye teverganu". Fue premio al mejor texto teatral en los premios "Aurora" y escribí más.

- También fue entrenador de fútbol durante 21 años.

-De alevines a regionales. El mayor error de mi vida fue entrenar a regionales

- ¿Por qué?

-Creen que todo lo saben. Descubrí la evolución de la sociedad: la actitud de chavales de 10 a 14 de hace 30 años cambió respecto a los de la misma edad de hace 10. Al principio, me miraban asombrados. En la última etapa de infantiles tuve que echar a cuatro para casa y decirles que si querían volver los trajera su padre. Tenían una falta de respeto enorme entre ellos, hacia el árbitro y hacia mí y eran chulos con los contrarios...

- Decía que la vida le dio reveses.

-Me casé con 20 años, con la mili sin hacer, y había que buscarse la vida. Después de hacer mil cosas fui perdiendo pasión por la vida y me empezó a ir regular el matrimonio. Nos separamos después de 23 años, con mi hija Aridia de 18 años. Sin problema: marché de casa y me dejó la llave. Pero ella tuvo cáncer y murió poco después. Yo tenía otra pareja, mi hija quedó sola, me quedé con mi hija y perdí la pareja. Ahora tengo otra relación. Mi hija está a punto de hacerme abuelo.

- ¿Qué lugar ocupa el teatro en su vida?

-Mucho, pero si dependiese una relación estable de que dejara del teatro, lo dejaría. Si va a tener que hacerme feliz el teatro en vez de la vida, estoy jodido. Tengo otra afición: la moto de carretera. Fui a Nantes en un día.

- ¿Cuánto tiempo le ocupa el teatro?

-Mucho. Ahora estoy relajado porque hasta abril no hay obras. Solemos ser diez actores. Ensayamos cada viernes y si hay estreno cerca, 2 o 3 veces por semana. Mi jefe me deja tener el material y ensayar en la empresa.

- ¿Funciona el teatro en asturiano?

-Cada vez más. En Feteas hay veintitantos grupos, muy buenos, y a través de ella hice 14 funciones el año pasado.

- ¿Aún descubre cosas?

-Sí, ahora, el drama. Cuando haces comedia es muy gratificante la risa, pero el silencio del drama es impresionante y lo notas.

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