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El Principado desactiva el traslado de la sede de la Academia de la Llingua

IU y Podemos preparan una reforma legal de urgencia para blindar la institución y garantizar que siga siendo una entidad pública

Entrada a la sede de la Academia de la Llingua Asturiana. MIKI LÓPEZ

La Academia de la Llingua Asturiana no se moverá del Monasterio de San Pelayo. La Consejería de Educación y Cultura ha solventado los reparos que impedían mantener el alquiler de la emblemática sede de la calle del Águila, desactivando así un eventual traslado de la institución a otro local. Una solución que resuelve la situación más apremiante para la institución, como es la problemática ligada a su sede, pero que no implica que se haya encontrado una vía para resolver el problema de fondo: la situación legal de la Academia y su eventual sumisión a la Ley de Academias, lo que podría suponer que perdiese su condición pública.

El origen del conflicto se sitúa en un reparo de intervención registrado durante la tramitación de la Ley de presupuestos autonómicos. Aunque en un principio la situación se solventó mediante una enmienda de IU, a la hora de ejecutar la Ley de presupuestos se reeditó el reparo. Esto propició que se estudiase el posible traslado de la Academia y, a mayores, un cambio en su modelo de financiación para convertir la partida económica incluida en las cuentas del Principado en una subvención, obligando además a la propia Academia a gestionar directamente todos sus gastos, incluyendo el alquiler.

La presidenta de la Academia, Ana Cano, rechazó de manera firme esta posibilidad, que supondría que la Academia de la Llingua pasase a ser una entidad privada a todos los efectos, y que su continuidad quedase a expensas únicamente de la voluntad política del gobierno de turno. Además, Cano urgía a solventar con celeridad el problema referente al traslado de la sede, pues el actual contrato con Las Pelayas vence el último día de este mes, por lo que urgía clarificar cuanto antes la situación de la institución.

Fuentes de la consejería precisaron que "la Academia se mantendrá en su sede actual, y la administración seguirá pagando el alquiler", tal y como lo ha hecho desde que, en el año 2010, la Academia se instalase en los locales del monasterio ovetense. Aunque las cifras actuales del alquiler no han trascendido, cuando se firmó el primer contrato, siete años atrás, se fijó una cifra anual de 24.000 euros, para unas dependencias que también albergan unos almacenes del Museo Arqueológico. Además, el Principado invirtió un total de 111.412 euros para acondicionar las instalaciones.

Esta solución era la preferida de la Academia, que en Las Pelayas tiene espacio suficiente para desempeñar sus actividades y, además, disfruta de una localización céntrica en un edificio emblemático. El hecho de que el monasterio albergue además el Archivo Histórico es otro aliciente, ya que facilitar la labor de los investigadores.

Resuelto lo urgente, ahora toca lo importante: clarificar la situación legal de la institución. Aunque el gobierno autonómico no ha avanzado si trabaja en una solución, desde la oposición se prepara una alternativa. En concreto, son los grupos parlamentarios de Izquierda Unida (IU) y Podemos los que trabajan en una propuesta para modificar la Ley de Academias, aunque todavía no está claro si se presentará de forma conjunta. Desde las filas de IU, que promueve la iniciativa, se apunta que el objetivo es buscar el mayor consenso posible dentro de la Junta General del Principado, lo que podría llevarles a tratar de implicar a otras fuerzas.

En un primer momento, el planteamiento pasaba por desarrollar una ley específica para la Academia de la Llingua Asturiana, tal y como reclama la institución, aunque ese proceso podría dilatarse varios meses. Para evitar esta demora, Podemos apuesta por presentar una proposición de ley por vía de urgencia y en lectura única.

El objetivo final es blindar a la Academia de la Llingua de cara a eventuales cambios de gobierno en la región, pues la sumisión de la institución a la Ley de Academias, en su redacción actual, podría facilitar que un futuro gobierno sin interés por la defensa de la lengua asturiana ahogase a la institución, por la sencilla vía de reducir la subvención, o directamente la finiquitase reduciendo a cero esa aportación.

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