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Director y guionista, acaba de rodar "El secreto de Marrowbone"

Sergio G. Sánchez: "Era importante para esta historia traer a Asturias todo el rodaje de mi filme"

"Creo que ha sido la conexión con el público y no el 'Goya' por 'El orfanato' la que hizo posible que ahora pueda dirigir"

Sergio G. Sánchez. JUAN PLAZA

Ha sido el guionista de dos los más rotundos éxitos de Juan Antonio Bayona: "El orfanato" y "Lo imposible". Sergio G. Sánchez (Oviedo, 1973) firma ahora su primer largometraje como director, que ha rodado en buena parte en Pravia.

-Sabemos que llevaba años peleando por hacer una película. ¿Cuál es el origen de "El secreto de Marrowbone"?

-Desde "El orfanato", de la que yo había hecho un corto que era una versión en miniatura. He tenido la suerte de que las películas que escribí como guionista fueron de mucho éxito. El problema es que, quieras o no, te ponen la etiqueta de guionista y te ves obligado a aparcar tus ambiciones como director. En esa situación escribí esta historia, que tiene la dimensión adecuada para poder exigir la dirección de la misma. Es una historia pequeña, pero he contado con los medios suficientes para darle el empaque que yo quería. Y con compañeros de películas anteriores.

-O sea, que ha trabajado con un equipo conocido.

-Sí. Son personas con las que tengo mucha confianza, algo que siempre facilita las cosas. Algunos de ellos son mis mejores amigos. La siguiente batalla fue traer la película a Asturias. Desplazar el rodaje hasta aquí es muy caro. Cuando rodamos "El orfanato" fueron sólo cuatro semanas, y el resto se hizo en un plató en Barcelona. Pensaba que era imposible, pero logré traerme el rodaje entero al Principado porque creía que era importante para la historia que quería contar: una casa de verdad, en un entorno natural y donde pudiera jugar con el interior y el exterior. Y que estos cuatro chicos que se pasan el tiempo encerrados en una casa y en los bosques de los alrededores, pudiesen hacer suyo un lugar real.

-Es un planteamiento que se viene escuchando desde hace años: las posibilidades de Asturias como plató de cine. ¿Por qué tarda tanto en materializarse una idea con la que todo el mundo parece estar de acuerdo?

-Porque no hay una continuidad en los rodajes. Hasta ahora han sido ejemplos aislados, por lo que los profesionales del cine que tenemos en Asturias -y hay unos cuantos- se han ido fuera. Aquí, más allá de la TPA, no hay una industria. Los exteriores que tenemos son espectaculares, aunque tenemos el problema del clima impredecible. Lo que nos faltaba, en ese sentido, eran los platós para cuando llueve. Ahora los hay, por lo que sí estamos en condiciones de hacer el esfuerzo.

-¿Y eso de qué depende? ¿Influirá que haya apoyo económico desde el Principado?

-En mi película ha sido empeño mío, con la colaboración de la gente de producción. No ha habido apoyo económico, sino ese empeño porque creemos que es bueno para Asturias. Y a raíz de ese planteamiento preguntamos cómo nos podían apoyar. Pienso que no se trata tanto de que haya ayudas desde el Principado como de que, quienes nos dedicamos a esto, podamos traer suficientes rodajes para dar continuidad y que los técnicos se queden.

-Se ha referido a su película como una mezcla de géneros...

-Las películas se me hacen interesantes cuando más difíciles de catalogar son. Eso implica el inconveniente de ver cómo posicionas la película. El espectador medio quiere saber muy bien lo que a va a ver. "El secreto de Marrowbone" parte como drama, con cuatro chicos que tratan de huir de un pasado violento. Su madre se muere en cuanto llegan a esta nueva casa. Entierran a la madre en el jardín, pero hacen ver a todo el mundo que su madre sigue viva para mantenerse juntos. En ese momento, descubrimos que la casa tiene una historia terrible. Así que pasamos al suspense, pero hay algo también de cuento romántico y gira hacia el terror. Es como una muñeca rusa. Uno de los elementos interesantes es que va cambiando a una cosa distinta, que no puedo desvelar para no arruinar las sorpresas.

-Parece que ha levantado ya una importante expectación internacional...

-Me quedé muy sorprendido cuando vi los actores que estaban dispuestos a hacer el "casting", que organizó la persona que hizo los de la saga de Harry Potter. Se conocía a todos los niños del Reino Unido. Son chavales muy jóvenes, pero he tenido un reparto increíble. Ha sido un gusto trabajar con ellos. Desde que cerramos el rodaje, hemos tenido mucha suerte. Por ejemplo a Anya Taylor-Joy (tiene el premio "BAFTA" a la estrella emergente) yo la había visto en "La bruja", pero no sabía que su siguiente película sería el bombazo que fue. Y Charlie Heaton, lo mismo. Todos han hecho películas que se han visto mucho. Y están en ese punto en que el público quiere conocerlos, saber más. Son actores sensacionales.

-La preventa de la película se ha hecho en más de cuarenta países. Suena a éxito seguro.

-La película se financió con las preventas en todo el mundo. Y nos hemos reservado Estados Unidos porque pensábamos que era importante era venderla con la película ya acabada. Más que nada porque creemos que es una historia muy especial, muy delicada. Y queremos que quien la distribuya allí sepa perfectamente lo que se lleva. No es terror puro y duro, no es un melodrama y tampoco una historia de amor, pero tiene algo de todo ello. Este año iremos a Cannes a enseñársela a los distribuidores.

-¿Su carrera puede verse como una reivindicación del guionista, del creador de historias?

-En el cine ocurren cosas extrañas. Con el actual paradigma no se concede autoría al guionista; las películas son del director. Eso no ocurre en el teatro o en la música. Nunca me propuse ser guionista, yo quería dirigir. Aprendí a escribir para poder llegar a dirigir. No era un guionista vocacional, fue un accidente. Si a partir de aquí me ofrecen guiones ajenos, estaría encantado.

-En ese sentido, ¿qué han supuesto Bayona y el "Goya"?

-Pues, tropezarme con Bayona ha sido una suerte inmensa. Las dos primeras películas que escribí las llevó adelante con un oficio y una calidad brutales. Eso ha hecho posible todo lo que ha venido después. Sobre el "Goya" no sé qué decir. Me lo dieron por "El orfanato", que fue como un torbellino que nos pilló a todos por sorpresa. Y no siento que haya sido tanto el premio como la conexión que han tenido las películas con el público; es lo que ha facilitado la posibilidad de levantar nuevos proyectos. Fue una alegría, claro, que los compañeros de profesión me dieran el "Goya", pero no creo que haya sido determinante para todo lo que ha venido después.

-Seguirá dirigiendo, ¿no?

-Dirigir y escribir Y si se puede hacer a la vez, fenomenal.

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