Se siente "muy afortunado" porque hace tiempo que es uno de los compositores más requeridos del cine español. Fernando Velázquez (Guecho, 1976) tiene un "Goya" a la mejor música original por "Un monstruo viene a verme". Y ha sido nominado en otras tres ocasiones por "El orfanato", "Lo imposible" y "Ocho apellidos vascos". Ha escrito la música del primer largo de Sergio G. Sánchez, "El secreto de Marrowbone", con interpretación de la Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias (OSPA).
-¿Cómo ha sido esta experiencia con la OSPA?
-Ha superado en mucho las expectativas artísticas. Y ha superado todavía más las humanas, las emocionales. Lo hemos pasado muy bien. He notado que es algo muy especial para la Orquesta hacer este trabajo, como creo que ocurre con cada uno de los que realizan. Esa implicación y esa conciencia de que lo que hacemos en el escenario, en este caso en una película, es importantísimo. A mi me emociona porque es lo que da sentido a tocar música, hacer películas, componer o cantar en un coro. Lo que hacemos de manera misteriosa es la vida, aunque suene un poco grandilocuente. La cultura que hacemos en casa, que no compramos, que no nos exportan desde otros países, es un nosotros sin nacionalismos o chauvinismo. Si no lo hacemos nosotros, nos la van a dar hecha y perderemos la oportunidad de aportar nosotros al mundo. Y vale para Asturias, pero también para el País Vasco o Extremadura. Tenemos mucho que decir desde nuestra personalidad y no alquilando otras.
-¿Qué le atrajo del proyecto de Sergio G. Sánchez?
-Sobre todo su capacidad de contar historias y de encandilar al público. No olvidemos que fue el creador de la idea y el guionista de "El orfanato". Luego J. (Bayona) la ejecutó de manera brillante, pero la historia memorable -y en la que también sale Asturias en todo su esplendor- fue de Sergio. Cualquier cosa que me proponga le voy a decir que sí. Es una película con mucho espíritu, que va a funcionar muy bien. Tiene además un alma especial, una personalidad que no poseen muchas otras. No hay complejos. Parece decir: yo quiero contar esto así y lo cuento. Hay planos que evocan a David Lynch, una cosa clásica que ya casi no te dejan hacer. Es una maravilla.
-¿Cómo ha planteado la composición de la banda sonora de "El secreto de Marrowbone"?
-Sólo puedo explicar las composiciones una vez acabadas. Mientras trabajo busco ideas, colores, intenciones, subtextos. La lógica última sólo la entiendo al final, a posteriori. A partir de ahí es cuando comprendo cómo funciona. Es cierto que Sergio tiene muy clara -o la va teniendo clara, como le ocurre a todos los directores- una idea. Y a partir de ahí la hemos ido matizando, porque los actores te salen por un sitio u otro; la fotografía, de repente, te da por ejemplo una información que no tenías... Es un proceso complejo. En realidad, estamos en obras hasta que acabamos la película.
-¿Va creando en función del transcurso de la composición de la película'
-No del rodaje, que ya suele estar acabado, sino del montaje. Desde que el cine es cine, el montaje es algo muy laborioso; es la película, aunque la gente piensa que es poner un plano detrás de otro con todo lo que has rodado. Y, lo cierto, es que una película es la que ruedas y otra la que puedes montar. Es en ese momento cuando más suelo colaborar con directores y directoras. Ahí vamos buscando la energía, el tono; cómo seducir, emocionar o asustar al público. Es un trabajo cuya lógica, como decía, no entiendo hasta el final. Hay un guión musical, unos temas que significan algo.
-¿Con la música de "El secreto de Marrowbone qué ha querido contar?
-Si lo pudiera decir con palabras, no haría música. A lo que contribuye la partitura de esta película es a que quieras más a los personajes. Te identificas con ellos porque la música te resulta familiar gracias a una melodía que te suena; son trucos de composición, pero en esa melodía hay ecos, como en casi todas las que triunfan. Así quieres a los personajes y te importa todo lo que les ocurre. La película se puede calificar de "thriller", pero también de drama. Espero que nadie se preocupe por el género; es una gran película, punto.
