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JUAN BARAHONA | Pianista, actúa con la OSPA en Gijón y Oviedo

"Aún seguimos pensando que todo lo que viene de fuera es mejor"

"El 'Concierto nº. 2' de Prokofiev es muy especial por su dramatismo y quizá sea el más romántico de los que escribió"

Juan Andrés Barahona. IRMA COLLÍN

Oviedo, Andrea G. TORRES

La Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias (OSPA) cuenta esta semana con el pianista asturiano Juan Andrés Barahona como solista. Nacido en 1989, comenzó sus estudios de piano en Oviedo y de pequeño asistía a los conciertos que la OSPA, a la que ahora se une para interpretar el "Concierto n.º 2 para piano y orquesta" de Sergei Prokofiev. La primera cita será hoy en el teatro Jovellanos de Gijón a las 20.00 horas, y la siguiente, el viernes a la misma hora en el auditorio de Oviedo, dentro de los conciertos de abono de la agrupación.

Barahona, profesor en la Escuela Superior de Música Reina Sofía de Madrid, completa sus estudios de interpretación en la Universität für Musik und Darstellende Kunst de Viena y ofrece una media de 30 conciertos al año como solista e integrante de conjuntos de cámara. Tiene un proyecto para grabar un disco centrado en el piano español de comienzos del siglo XX, con obras de Turina y Albéniz, que publicará el sello independiente Play Classics.

- Además del disco, ¿en qué otros proyectos participa?

-El mes pasado, toqué este mismo concierto de Prokofiev con la Orquesta Sinfónica de Ecuador. Quedaron satisfechos con el resultado y me han invitado a volver para la próxima temporada, aunque aún estoy decidiendo el repertorio que presentaré. Tengo también algunos proyectos de música de cámara aquí en España y en Austria, muchas veces son cosas que salen a través de la Escuela Reina Sofía.

-¿Es muy distinto el sistema de trabajo de las orquestas latinoamericanas con respecto a las europeas?

-No mucho, pero sí es cierto que allí tuvimos más tiempo de ensayo antes del concierto, ya que era la primera vez que la orquesta interpretaba esta obra.

-¿Es posible compatibilizar, como en su caso, el trabajo como pianista acompañante con el perfeccionamiento interpretativo en Viena y los compromisos para ofrecer conciertos?

-Todo lo que estoy haciendo actualmente me llena mucho. Tengo ganas, fuerza, y estoy en edad de trabajar duramente. En el Reina Sofía tengo la suerte de trabajar con gente muy talentosa, de mucho nivel; al fin y al cabo, de lo que se trata es de hacer música e interactuar con otros músicos.

-¿Cómo es el trabajo diario de pianista acompañante, en su caso en la Escuela Reina Sofía?

-Es una institución distinta a lo que comúnmente se espera de los centros musicales porque se trata de un centro de alto rendimiento. Hay un ritmo de trabajo muy fuerte y una exigencia enorme por parte de los profesores, pero, por otra parte, los profesores titulares de las cátedras no están en Madrid continuamente, sino que pasan varias semanas entre cada clase. Entonces esta institución permite total libertad tanto a los alumnos como a los profesores para desarrollar sus proyectos al margen de la escuela.

-¿Qué depara el concierto de Prokofiev que va a interpretar en sus dos conciertos en Asturias?

-Estamos ante una obra monumental tanto en su escritura como en sus dimensiones. Para mí es un concierto muy especial por el dramatismo que lleva adjunto, y quizás el más romántico de los que escribió. Es impresionante pensar que la primera versión de este concierto es de cuando Prokofiev tenía 22 años, y está dedicado a su mejor amigo, que se suicidó. Se puede apreciar aspectos de "Pedro y el lobo", de sus sinfonías; tiene un tono sarcástico, pero no pierde elegancia.

-Basándose en su propia experiencia interpretativa, ¿España sigue valorando más a los artistas extranjeros o es algo del pasado?

-Totalmente. Yo creo que en la música aún seguimos pensando que todo lo que viene de fuera es mejor, y probablemente hay cosas que sí son mejores y deberíamos tomar ejemplo. No obstante, lo que sí que es cierto es que el nivel musical en España ha subido muchísimo durante las últimas décadas; en parte, yo siempre pienso que es gracias al impulso que la Fundación Albéniz y la Escuela Reina Sofía han aportado a la enseñanza musical en España. Además, hoy por hoy, en cualquier centro internacional encuentras músicos españoles; en Londres y en Austria hay mucha gente española, y eso es síntoma del gran potencial y del elevado nivel artístico que tiene España.

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