El tenor gijonés Alejandro Roy, tan querido y aclamado por los aficionados a la lírica, y en especial a la zarzuela, protagoniza "Don Gil de Alcalá", que se representa mañana, jueves, y el sábado en el teatro Campoamor de Oviedo, dentro del Festival de Teatro Lírico Español. Será el debut de Roy en este título, uno de los más destacados del compositor valenciano Manuel Penella, junto a "El gato montés", que también cantará este año en Madrid.

El penúltimo título de esta temporada de zarzuela tiene la particularidad de que apuesta por una nueva producción hecha íntegramente en Oviedo, con artistas de primer nivel, y con una alta participación asturiana.

Roy fue premiado en 2014 como mejor cantante de ópera española o zarzuela en los Premios Líricos Teatro Campoamor por su participación en "Curro Vargas", de Chapí. Para él, "es un lujo poder volver a Oviedo a cantar de nuevo después de ese galardón, porque es una forma de mantener el contacto con el público, y de poner en valor dicho premio. Siempre queda la duda de si me lo merecía o no, y ahora toca demostrarlo", bromea.

El lugar de Roy está junto a los grandes. Es y será recordado por protagonizar en 2013 el primer bis de zarzuela de los últimos 30 años, cuando tuvo que repetir "La canción húngara" en "Alma de Dios" en Madrid. La zarzuela y, más en general, el teatro lírico español le han dado a Alejandro Roy grandes satisfacciones. Es un repertorio que le acompaña siempre, desde que en 1998 comenzase a cantarlo de un modo incansable. De sus comienzos en el mundo lírico y su pasión por la zarzuela, recuerda escuchar los discos de Manuel Ausensi y de Alfredo Kraus cuando estaba en Alemania. "Un conocido español que vivía allí también me prestaba todos aquellos discos maravillosos de zarzuela que tenía. Para él era como un lazo muy fuerte que le unía a su país de nacimiento", explica.

El personaje que encarna en "Don Gil de Alcalá" es un papel difícil, muy exigente desde el punto de vista vocal, y que está sobre el escenario a lo largo de la obra. "Este 'Don Gil de Alcalá' es una ópera de cámara deliciosa", describe. La plantilla orquestal es reducida y prescinde de la percusión y el viento. "Tan sólo la cuerda y un arpa, que le da un aire exótico, capaz de transportarnos al pasado colonial de México", describe Roy.

La partitura recoge la tradición italiana en sus páginas, "pero también la mano de Puccini está presente en 'Don Gil', que Penella escribió siendo ya un artista consolidado", añade el tenor gijonés. Coincide Roy con el director de escena Emilio Sagi al observar en "Don Gil de Alcalá" las brasas incandescentes de la elegancia aristocrática que Mozart aplicaba a sus óperas.

Para la puesta en escena, apunta Roy que "Sagi ha seguido las directrices de Penella", quien también escribió el libreto. Para el tenor el trabajo de Sagi es impecable porque "ha buscado idealizar la obra de un modo hermoso, y presentar un mundo elegante y bello a la vista del espectador". "Trabajar con Sagi siempre es sinónimo de calidad tanto para el público como para los artistas que con él colaboramos". En su caso, declara el gijonés, le ha dado plena libertad a la hora de preparar un "Don Gil" que se presenta como un hombre heroico y divertido, sin llegar a ser un sinvergüenza.