El español Juanjo Mena es uno de los directores de orquesta de mayor proyección internacional, titular en la Orquesta Filarmónica de la BBC, que ofrecerá mañana en el auditorio de Oviedo un concierto con el trompista avilesino Alberto Menéndez, en cuyo programa destaca el énfasis por dar a conocer la música británica.
Mena, que desarrolla una carrera imparable en orquestas de todo el mundo, dejará la BBC en un corto periodo de tiempo, después de estos seis últimos años que lleva al frente de la agrupación británica. Cierra con ello una etapa muy intensa de su carrera. "Llega un momento en el que tenemos que liberarnos, tanto ellos como yo", asegura este director, que ha recibido varias ofertas de orquestas europeas y también algunas españolas, pero aún no hay nada cerrado. Sí tiene claro que no quiere convertirse en un director con múltiples titularidades.
- ¿Cuáles son las primeras impresiones de esta gira que están realizando por España?
-Estamos muy contentos. En los conciertos en el Palau de la Música de Barcelona y en Alicante hemos podido sentir el calor del público. Allí presentamos un programa distinto al de Oviedo, porque en esta gira por España, y en general siempre que viajamos, nos llevamos dos o tres programas distintos, pero éste es nuestro ritmo habitual de trabajo. Así como una orquesta española hace un único programa a la semana, nosotros preparamos hasta tres para interpretarlos en la misma semana. Entonces elegimos las obras y los solistas que mejor pueden funcionar en cada uno de los lugares en los que vamos a actuar, y vamos cambiando la música.
- Un plan de trabajo completamente distinto al español.
-Totalmente, todo se basa en una primera lectura de la orquesta donde los problemas básicos están solucionados ya. Aunque nos asombre, es el sistema habitual en el ámbito anglosajón. Entonces lo que trabajamos a partir de ahí son cuestiones de estilo y cómo darle a la música una visión más personal. Nuestro ritmo de trabajo semanal es realmente intenso. Por ejemplo, lunes y martes, montamos un programa entero para poder tocarlo en directo el mismo martes de tarde desde nuestra sede en Salford, que tiene capacidad para 300 personas y para emitirlo a través de la radio de la BBC, donde tenemos una media de 25.000 oyentes. El mismo miércoles grabamos para nuestro sello Chandos en una doble sesión de 3 horas. El jueves empezamos a preparar en Manchester nuestro siguiente concierto de esa semana, algo semejante a los conciertos de abono de aquí, pero también atendemos las peticiones de otras sociedades musicales de ciudades cercanas que nos demandan nueva música y no quieren el mismo programa que en Manchester. El viernes viajamos y tocamos en una de esas ciudades, como Nottingham, y el sábado volvemos a Manchester.
- Ese ritmo de trabajo es impensable hoy en día en España.
-Ese ritmo de trabajo quiere decir muchas cosas (risas).
- El programa que interpretarán en Oviedo tiene mucha música británica, ¿por qué?
-Intentamos que las giras como ésta hagan énfasis en la música escrita por compositores británicos. Me encanta la idea de tocar la sinfonía de Elgar n.º 1 en Oviedo porque apenas se interpreta ni en España ni en Europa. Es una obra muy compleja para tocar, son muy virtuosísticas, y quizá por eso se relega un poco en las salas de conciertos. Afortunadamente los músicos de la Filarmónica de la BBC la conocen muy bien, y yo he podido crecer con ellos. Es lógico pensar que como estoy dirigiendo una orquesta inglesa tengo que saber dirigir música inglesa, y por eso Britten, Walton y Hindemith son compositores que he ido incorporando a mi repertorio. La obertura "Las abejas" de Vaugan Williams también hace alusión a las melodías populares inglesas, siempre tratadas desde ese humor británico. Strauss lo incluimos porque su estilo funciona bien con Elgar, y además contamos con Alberto Menéndez como solista, al que le espera una exitosísima carrera.
- ¿Qué imagen proyecta España en el extranjero en lo que a la música se refiere?
-Mi impresión es muy clara. Tenemos aún una democracia muy joven y no nos damos cuenta. Las cosas en materia musical aún están cambiando. En los 80 había mucho por hacer y teníamos la energía para cambiarlo todo, y en cuanto a instrumentistas, la Joven Orquesta Nacional de España ha supuesto un punto álgido en la formación de los músicos. No sólo tocaban en conciertos, sino que se puso a los jóvenes en contacto con el mundo. Por la manera de ser de los españoles, tan abierta y expresiva cuando dan con grandes profesores que canalizan su talento, el resultado es de una calidad altísima.
