No hay secretos: para merecer un premio de fotografía de la talla del concurso "Memorial María Luisa" hace falta "paciencia, mucha paciencia". Lo aseguran cuatro de los 27 galardonados que hoy asistirán a las 19 horas en el hotel de la Reconquista de Oviedo a la entrega de premios (la entrada es gratuita) del XXVII Certamen Internacional de Fotografía de Montaña, Naturaleza y Aventura, que todos consideran "uno de los mejores del mundo". Tanto es así que el estadounidense Jeff Mitchum's, cuya imagen "Third day" fue vendida por 1,8 millones de dólares en 2014, animó a uno de los ganadores de este año, Cheyne Walls, a presentarse al concurso: "Es vecino mío en Las Vegas y me dijo que me apuntase y fuese a Asturias si ganaba". Y aquí está Walls gracias a su obra "Yosemite Valley": "Internet hace mucho, pero el boca a boca más".

El americano estuvo horas y horas observando el mismo paisaje montañoso del parque nacional de Yosemite. No paraba de llover, hasta que por un instante las nubes se separaron, dejando que los rayos del sol iluminasen el fondo del valle. "Miré con asombro, olvidándome casi por completo de hacer un clic con la cámara", cuenta Walls. A veces la mejor foto surge así, cuando menos te la esperas, y otras, fruto de un largo trabajo de composición. El australiano Lachlan Gardiner explica que su fotografía "Leaping the Pond", en el parque nacional de Giraween, es resultado de un estudio exhaustivo de la luz y de las formas. "Ya había estado un año antes en ese mismo lugar y decidí volver. Esperé a la puesta del sol y justo después representé el salto de mi novia, Louise, sobre un pequeño estanque en el que se ve su reflejo", detalla.

También horas de estudio implicó la fotografía "Pyramid" del chino Weihao Pan. El paisaje que atrapa con su cámara es el de las áreas más remotas del noroeste de China, en el monte Bogda. Para llegar al lago glacial que hay a sus pies, dice Pan, hay que caminar dos días. "Eché mi balsa al agua para fotografiar ese iceberg, lo que fue bastante complicado, ya que el hielo estaba en movimiento y no había forma de sujetar la lancha", agrega, mientras sus compañeros aplauden la composición "elegante" de su imagen, ya incluida en el libro de esta 27.ª edición del certamen.

João Paulo Barbosa comenta, recién llegado de Brasil, que participar en el "Memorial María Luisa" es "todo un honor; no sólo por su nivel y calidad, sino también por su historia". Para Barbosa todas las fotografías que se presentan al concurso "son buenas". "No hay una por encima de otra", aunque la selección entre más de 16.000, procedentes de 81 países, es obligada. En su caso, aplaude que por primera vez un certamen incluya la temática de las zonas frías. "Para hacer una buena foto, hay que buscar algo diferente. Y me parecía que mandar una imagen de la Antártida era buena idea, aprovechando que yo todos los veranos voy allí a trabajar", señala sobre su obra "Endurance en la Antártida del siglo XXI".

Los cuatro fotógrafos reunidos en la sede ovetense de LA NUEVA ESPAÑA conocieron ayer por primera vez Asturias y ya están deseando inmortalizarla con su cámara. "Esta misma noche (por la pasada) lo haré", dice entre risas el estadounidense Cheyne Walls. Pero el australiano Lachlan Gardiner se le adelantó: salió a escalar por la mañana con Pedro José Cocho. Y por supuesto, "saqué fotos de la montaña asturiana". Gardiner y el resto de colegas esperan que este viaje al Principado sirva para conocer mejor su naturaleza y "descubrir su gastronomía y cultura".