Tras la actuación de la bailarina Viengsay Valdés en la representación de "Giselle" en los teatros del Canal de Madrid la crítica decía de ella que se "erige" en la gran sucesora de Alicia Alonso y se calificaba su actuación de "sublime". Este viernes Valdés llega a Oviedo junto al Ballet Nacional de Cuba para hacer ese ballet en el teatro Campoamor, junto a la orquesta Oviedo Filarmonía.

La bailarina cuenta a LA NUEVA ESPAÑA la amplia gira que está realizando junto al ballet cubano y desvela que, seguramente, Alicia Alonso la acompañará en este viaje a Asturias. También comenta la ilusión que le hace actuar en Oviedo, ciudad en la que se casó con el asturiano residente en La Habana Carlos Herrero, al que conoció en el año 2009. "Siento un cariño muy especial. Mi esposo y la familia son de allí. Nada más saber que iba a actuar sacaron las entradas. Allí nos casamos, en la iglesia de San Juan el Real, y he actuado en muchas ocasiones; me hace mucha ilusión bailar allí". El tour le está saliendo redondo con las actuaciones que han ofrecido hasta ahora. "Terminamos muy bien en Madrid. Estamos en una gira de dos meses y medio. Empezamos en España; luego iremos una temporada a Italia y posteriormente a París", dice la bailarina, que está considerada entre las mejores del mundo de la danza. Y matiza "Alicia Alonso", fundadora del Ballet Nacional de Cuba, "aún no ha llegado, pero llegará y esperamos que esté en Oviedo".

Sobre las representaciones que está haciendo dice que "hemos traído tres programas, en Madrid fue 'Cascanueces' y 'Giselle'. Y también tenemos un programa que se llama 'La magia de la danza', que son fragmentos de los grandes clásicos en sus momentos más espectaculares, donde más se muestra el virtuosismo". Y repasa algunos de esos clásicos: "Son fragmentos de las citadas 'Giselle' y 'Cascanueces' y también "Don Quijote" o 'El lago de los cisnes'", entre otras. Son "pequeños tramos de los clásicos", puntualiza la bailarina. Explica Viengsay Valdés que así se muestra al público el fondo de la compañía, pero matiza que va cambiando. Por ejemplo, "En Francia haremos el 'Quijote' completo".

Cuando se le pregunta por momentos muy significativos de su carrera tiene algunos escenarios especialmente destacados: "Hay momentos especiales como cuando te encuentras en el teatro Mariinski, de San Petersburgo, en Rusia, que es la meca de la danza; y aún más bailar allí con la compañía Mariinski; haciendo 'Don Quijote", o en el Coliseum de Londres y en el Kennedy Center de Washington. Son lugares muy singulares, con público muy exigente".

Y explica la importancia de estos escenarios para su compañía. "Nosotros, como defensores de la escuela cubana de ballet, nos lucimos en esos lugares y como yo voy de invitada individualmente represento a la escuela cubana y a Cuba".La metodología cubana

Con esto de la escuela cubana Viengsay Valdés dice que es la muestra de un país y de un estilo. "La escuela cubana de ballet fue la última reconocida; ya estaban la rusa, la francesa y la danesa. En España se rigen un poco más por la rusa. Ahora hay muchos países de Latinoamérica que ya toman la metodología cubana. Cuando hay concursos internacionales; los jóvenes que tienen esa escuela ganan mucho por el virtuosismo, por la calidad del movimiento, de los pasos. Eso todo hace que les reconozcan".

Y respecto a los públicos que asisten a sus representaciones, su análisis es que hay variedad, pero todos muy entendidos. "Los hay muy respetuosos que no aplauden hasta el final, no interrumpen. Pero hay una audiencia, como la de Cuba o Japón, que es distinta. En Tokio nada más que haces un pequeño virtuosismo se ponen a aplaudir. Se dan cuenta de los movimientos y de pronto saltan y lo aplauden. Y el público cubano es increíble en ese sentido".