La restauradora Natalia Díaz-Ordóñez Melgarejo es la comisaria de la exposición "Santullano, viaje al siglo IX", la muestra organizada por LA NUEVA ESPAÑA -con el patrocinio de la Fundación Municipal de Cultura del Ayuntamiento de Oviedo, el Banco Sabadell, la Fundación EDP, la Consejería de Educación y Cultura del Principado y Telecable-, que se abre al público mañana sábado, 3 de junio, a partir de las 17.30 horas, en la sede del Real Instituto de Estudios Asturianos (RIDEA), en Oviedo.

- Uno de los grandes atractivos de la muestra es poder ver las pinturas en su estado original, ¿qué otras aportaciones hace sobre la visión que se tiene de Santullano?

-Hay que decir que San Julián de los Prados se ha estudiado desde ámbitos muy diferentes, pero en todas esas visiones hay una coincidencia al valorar su importancia: Santullano es un "unicum", es un referente mundial dentro del arte altomedieval europeo, y la gente tiene que tomar conciencia de ello. Esto es algo en lo que hemos querido hacer especial hincapié en el montaje expositivos: queremos acercar esa riqueza y esa singularidad de Santullano a la gente. Los historiadores, los arqueólogos, a veces elaboran trabajos riquísimos pero muy complejos que no llegan a pie de calle. Y lo que pretendíamos con esta exposición hacer algo lúdico. Que no banal.

- No superficial, pero sí divertido.

-Eso es. Podemos hacer cultura entretenida, podemos hacer cultura que apetezca ver, para pasar un buen rato. Eso sí, bien dotada de contenido. Se trata simplemente de contar la Historia de una forma llana, de una forma amena y de una forma que nos mueva. Aunque de San Julián se ha escrito mucho, se ha publicado mucho y ya se han hecho otras exposiciones, quizás en esta la diferencia radica en que utilizamos las nuevas tecnologías y que queremos dar es una idea no sólo de la iglesia, del monumento, sino de la época, de lo que representa en una época tan importante como es el Reino de Asturias, y en concreto la época de Alfonso II , que es el comienzo del germen de la España actual. Y eso ocurre en esa época y aquí, en Oviedo, en Asturias. Pero de todo lo que se construyó en esa época sólo se conserva Santullano. Aunque se conserva de tal modo que no ha perdido nada de su esencia: tiene un conjunto de pinturas en su interior sin parangón, y debemos de ser conscientes de ello.

- Un objetivo que también se persigue con esta muestra, ¿no?

-Sí. Por eso nace esta exposición, y por eso nos hemos involucrado, y nos hemos volcado todos, en esta muestra. Porque hay que educar, y además yo creo que desde niveles muy básicos, desde los niños y la gente joven. Para eso nos ayuda mucho el recurso a la técnica, jugar con los sentidos, recrear una época, contar un poco una historia? hacer amable el conocimiento, que pueda entenderlo todo el mundo.

- Las nuevas tecnologías son una parte importante de la exposición, pero también hay un uso muy original de recursos más tradicionales, como las cajas ciegas o las trompetillas...

-Buscamos algo que fuera atrayente y que hiciera que la gente volviera a poner los ojos, con mucho interés, sobre esa iglesia. Y lo hicimos además enmarcándolo todo en un relato plagado de anécdotas, un cuento a través del cual la gente se pueda imbuir de esa época. Nos planteábamos ese tipo de exposición, con la que la gente pudiera recrear ese ambiente. Por eso trabajamos mucho qué sonidos poner, qué olores, para que fuesen representativos. Pero el objetivo último es crear conciencia, y curiosidad: que la gente quiera ver Santullano, que quiera entrar. Porque no se protege ni se cuida, lo que no se conoce.