El compromiso ético de la poesía de Adam Zagajewski, una de las grandes figuras de la literatura polaca del último medio siglo, ha sido reconocido con el premio "Princesa de Asturias" de las Letras. Un galardón que el vate acepta honrado, revelando su amor por la herencia cultural española y reconociendo que, en estos momentos de confusión, los hombres han de luchar por su libertad en las calles, y no a través de los versos.

"Soy crítico con el gobierno actual de Polonia y me parece que muchas de sus decisiones son un ataque contra la democracia, pero creo que en este momento la poesía ya no es la mejor arma para mostrar oposición. Ahora lo más importante es salir a la calle y protestar pacíficamente", sostiene Zagajewski, quien se define como "un hombre de su tiempo" y que se considera, además, "demasiado mayor para volver a la poesía reivindicativa".

Esta reflexión no es baladí en un hombre que en la década de 1970 fue un miembro activo de la disidencia polaca frente al régimen comunista y que durante veinte años, entre 1982 y 2002, hubo de vivir en el exilio, víctima de la persecución estatal por sus ideales democráticos.Sentido ético de la literatura

Una trayectoria que no pasó desapercibida para el jurado presidido por Darío Villanueva, director de la Real Academia Española, que en su acta reivindica cómo: "La poesía de Zagajewski -así como sus reflexiones sobre la creación y su intenso trabajo memorialístico- confirma el sentido ético de la literatura y hace que la tradición occidental se sienta una y diversa en su acento nativo polaco, a la vez que refleja los quebrantos del exilio".

La candidatura de Zagajewski contaba además con unos padrinos de excepción: los escritores Richard Ford y John Banville, galardonados con el premio "Princesa de Asturias" de las Letras en 2016 y 2014, respectivamente, y el compositor y director de orquesta Krzysztof Penderecki, que recibió el premio de las Artes en 2001. Tras conocer la decisión del jurado, Ford y Banville remitieron sendas declaraciones a la Fundación "Princesa de Asturias" reivindicando a Zagajewski como un escritor "verdaderamente excepcional".

"La poesía luminosa, profunda, a veces irónica, pero siempre lírica, de Adam Zagajewski maneja ese raro triunfo del escritor: el de ser político pero, a la vez, sumamente humano en un gesto continuo, complejo e irresistible. Es la suya una escritura que debemos emular todos los que nos preocupamos por la marcha de nuestro mundo, marcha que seguimos las almas corrientes", afirma Ford. "Zagajewski es uno de los mejores poetas de nuestra época, que ha sostenido y fomentado la gran tradición literaria de su Polonia natal, además de encarnar la fortaleza cultural y la riqueza de nuestra patria común europea", añade Banville.

El galardón le llega a Zagajewski en un momento de reflexión en torno a su obra y a la función reivindicativa de la literatura. "Quiero seguir siendo crítico, especialmente con el gobierno de Polonia, pero ya no a través de la poesía", insiste el autor polaco. Ahora, Zagajewski encuentra nuevos campos para la creación en el mundo digital, y frente a los recelos que tienen otros creadores en Internet, el polaco contempla "un océano de posibilidades donde encontrarlo y mostrarlo todo".

Pese a afrontar este momento crepuscular en su trayectoria como poeta, Zagajewski agradece que le hayan concedido un premio "muy prestigioso, que en el pasado han recibido brillantes escritores y artistas", y celebra además que el galardón llegue desde "el reino de España, que es el reino de Cervantes y de otros grandes poetas y escritores".Enamorado de las letras españolas

Porque Adam Zagajewski es un enamorado de las letras españolas, especialmente de un Antonio Machado al que con frecuencia reivindica como uno de sus referentes, pero también de otros autores como Federico García Lorca. "España es una nación indispensable para entender Europa" afirma el poeta polaco.

La concesión del premio a Zagajewski no sólo ha hecho feliz al poeta polaco y a los promotores de su candidatura. Los miembros del jurado no ocultaban ayer su satisfacción por haber alcanzado un consenso en torno a la figura del autor de "Dos ciudades". "Creo que hemos acertado", asegura Ángeles Mora, resumiendo el sentir de sus compañeros.

El jurado reivindica, además de la talla del galardonado, su condición como gran poeta europeo, cuyos versos no entienden de fronteras geográficas ni generacionales. "Zagajewski es un poeta que resume perfectamente la idea de Europa, este sentido de permanencia, y además es un gran ensayista", reflexiona Ana Santos, directora de la Biblioteca Nacional de España.

"Es uno de los últimos grandes poetas europeos de esa generación traumática, que vivió en carne propia las consecuencias de la II Guerra Mundial y consiguió transformar eso en una conciencia ética, una conciencia del exilio que busca la patria de la literatura", sostiene Xuan Bello.

Para Juan Villoro, Zagajewski es sin duda "uno de los grandes autores de nuestro tiempo, un poeta espléndido, gran ensayista y memorialista"; un autor que, por cuestiones políticas, "inició una errancia que le llevaría al exilio, lo que él trató de compensar siempre a través de la palabra y la recuperación de la cultura".

Pero Villoro destaca especialmente esa conexión de la obra de Zagajewski con una lírica continental, cuya relevancia se reivindica también con este galardón: "Es un poeta en la mejor tradición europea y en momento de crisis, de desgajamiento de los países, nos revela que hay un espíritu occidental, europeo, sumamente rico que él representa como ningún otro".

Una talla que también reivindica Xavier Farré, el traductor de gran parte de la obra del autor polaco al español: "Zagajewski es una voz lírica y también una voz moral de Europa, sobre todo en los ensayos, donde refleja todo ese mundo que estaba vetado a la otra parte de Europa, escondido tras el telón de acero".