La directora de la Fundación Princesa de Asturias, Teresa Sanjurjo, tomó ayer la iniciativa y se adelantó a una pregunta obligada con una contestación muy repetida: "No sé cuándo va a venir la Princesa". Se lo toma con humor porque es una cuestión de obligado cumplimiento en toda rueda de prensa de la Fundación, y más en la de presentación de la memoria anual, la del año 2016, que tuvo lugar ayer en Oviedo.

La Fundación cerró el ejercicio con un superávit de 135.000 euros y unos ingresos de 5.282.792 euros. Bajaron esos ingresos en unos 182.000 euros y Sanjurjo lo achaca sobre todo a los menores rendimientos financieros. "Nuestro código de conducta financiero es conservador", dijo, e ir a lo seguro supone sacar menor partido al dinero depositado o invertido. En todo caso, añadió, "seguimos una línea de estabilidad financiera".

El 71% del presupuesto de la Fundación Princesa de Asturias llega de las donaciones de los patronos (hay ochenta) y de los protectores de la entidad. Esos rendimientos del patrimonio aportan ya sólo el 13%, mientras que el 16% restante son aportaciones públicas. En relación con la retirada de parte de la subvención del Ayuntamiento de Oviedo, Teresa Sanjurjo no entra en disputas inútiles: "El Ayuntamiento da un apoyo institucional, nos cede muchos locales, empezando por el teatro. Respetamos su decisión".

El reto está en controlar los presupuestos en un marco de actividades crecientes. La Semana de los Premios va camino -dijo la directora de la Fundación- de convertirse en la Quincena de los Premios. Reforzar esa Semana en torno a los premiados es uno de los retos de la entidad. "Seguimos empeñadísimos en trabajar en esa programación cultural única". Sanjurjo hizo hincapié en que más personas y entidades toman la iniciativa de proponer participar en esos actos, sobre todo desde la comunidad educativa asturiana.