Los veinticinco años que el Coro Infantil de la Fundación Princesa de Asturias lleva cantando los celebró ayer sobre el escenario del auditorio Príncipe Felipe, en Oviedo, con un concierto que, por lo animado, divertido y sorprendente, acabó siendo una fiesta. Al poco de empezar, Natalia Ruisánchez, su directora desde el año 2006, adelantó que el programa iba a ser un repaso al repertorio de la formación desde su creación, en 1991, hasta la actualidad, así que en él hubo temas con sabor típicamente americano, pop europeo -"Dancing Queen", de ABBA-, sonidos étnicos, música de cine y hecha en Asturias y en asturiano.

El Coro salía con el éxito asegurado, porque su público estaba formado por incondicionales -padres, abuelos y otros familiares-, pero no se relajó. Algunas de sus interpretaciones arrancaron suspiros de admiración y otras interminables aplausos. Y todo manteniendo el tono festivo y relajado, que permitía que los niños echaran una mano a los operarios que subían al escenario a retirar un atril u algún otro objeto. Los jovencísimos cantantes acompañaron su música con algunas sencillas coreografías y pusieron color al espectáculo utilizando coloridos sombreros de copa o de pirata.

En el concierto participaron las sucesivas directoras de la formación, empezando por María José Moreno Herrero. María Amor Rodríguez Díaz, Isabel Baigorri Sáenz y María Pilar Mud Pérez le dieron el relevo, a lo largo de la historia del coro y ayer sobre el escenario. Hubo espacio para los más pequeños, para los veteranos y también para los antiguos cantantes.

Desde su presentación, el Coro Infantil de la Fundación Princesa de Asturias ha ofrecido muchos e importantes conciertos. En 2001 cantó con la Orquesta Sinfónica del Principado (OSPA) y después actuó en el Palacio del Pardo, ante el Rey, y con Woody Allen, en el recital que dio en Oviedo con su banda de jazz. El concierto de ayer, más distendido y emotivo, ya entrado a formar parte de su historia.