Lo que quieren los responsables del Centro Niemeyer es lograr que "la emoción se transforme en escalofrío" cuando los ojos del visitante de la exposición "Dibujar y esculpir en el espacio" contemple cada una de las 85 esculturas y dibujos que resumen uno de los siglos más productivos del arte español, el XX. La muestra se inauguró ayer tarde y estará abierta hasta finales de verano: obras de Antoni Gaudí, Salvador Dalí, Alberto Corazón, Pablo Picasso, Juan Gris o Álvaro Siza para certificar, en palabras de Carlos Cuadros, el director del complejo cultural, que "somos libres".

Cuadros fue el encargado de mostrar su alegría por participar en la inauguración de una de las muestras artísticas más importantes de la historia del Niemeyer. "Es un día especial, los que acudís a este tipo de convocatorias saben que siempre hablo de días especiales. Hay muchos en esta institución. Hoy lo que inauguramos es un hito para el centro", recalcó. También ponderó la colaboración entre instituciones públicas (las fundaciones del Niemeyer y del ICO). "Todo esto que tienen alrededor es nuestro", subrayó. Y con "todo esto" se refería a piezas de Miquel Navarro, Miquel Barceló, Manolo Huguet... y así hasta una treintena de nombres.

Cuadros explicó que lograr que la Fundación ICO confiara en el Niemeyer "fue un trabajo de un año". Pero esa confianza ahora es ahora imperecera. "Si una está aquí, en la cúpula, es como si estuviera en el centro de la Tierra", intervino Marisa Oropesa, la comisaria de la muestra. "Este espacio es maravilloso y, a la vez, difícil", subrayó. Gonzalo Doval, el responsable de las colecciones artísticas de la Fundación ICO, desveló en su intervención: "Es un espacio difícil, pero es donde mejor ha quedado hasta ahora". La muestra ha viajado en los últimos veinte años por treinta ciudades "y cuatro continentes", apostilló.

La alcaldesa de Avilés, Mariví Monteserín, y el viceconsejero de Cultura, Vicente Domínguez, fueron los encargados de cerrar la ceremonia de inauguración. La primera aseguró que la muestra "era un apasionante viaje por el arte" y el segundo descubrió que "a menos de media hora de distancia se pueden contemplar una exposición de Chema Madoz y esta que abrimos hoy".

Marisa Oropesa organizó una visita guiada por exposición. "Hemos planteado un viaje cronológico con el fin de que llegue a todo el mundo", dijo. De Antoni Gaudí a una instalación de Miquel Navarro. El viaje por el tiempo se detiene en la escuela de París -las primeras obras adquiridas por la Fundación ICO- para superar la posguerra y llegar al momento presente habiendo conseguido que la emoción sí sea escalofrío.