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Escolares con demasiado salero

El 85% de los menores de 10 años ingiere en España una media de 7,8 gramos de sal al día, casi el doble de la cantidad máxima recomendada por la OMS

Escolares con demasiado salero

Un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) dice que los escolares españoles toman más sal de la adecuada. En concreto superan el 80%. Lo que provoca enfermedades relacionadas con la hipertensión y la obesidad, entre otras. En España se consumen 7,8 gramos de sal al día, según otro estudio de la Universidad Complutense de Madrid. La OMS recomienda consumir cinco gramos (adultos) y disminuir la cantidad en los niños de 2 a 15 años de edad.

La nutricionista asturiana Susana Sánchez analiza esta situación tanto desde el punto de vista de lo recomendable para la salud como las pautas a seguir a la ahora de comprar, consumir y evitar los productos con exceso de sal. Sánchez apunta que Sanidad considera que un alimento tiene "mucha sal" cuando iguala o supera 1,25 gramos de sal por cada 100 gramos de alimento, y que aporta "poca sal" cuando tiene 0,25 gramos. Desde un punto de vista legal el fabricante podrá declarar que su producto es "bajo en sal" si no contiene más de 0,3 gramos de sal por 100 gramos del producto y "muy bajo en sal" si no contiene más de 0,1 gramos de sal por 100 gramos. "En caso de que la etiqueta no indique el contenido de sal, sino únicamente el sodio, debemos multiplicar la cifra de sodio por 2,5 para saber cuánta sal aporta", puntualiza la especialista.

"La primera reflexión", dice Susana Sánchez, es que "los principales alimentos que aportan sal a nuestros menús son los embutidos, el pan (por eso es más aconsejable el pan sin sal, mejor si es integral), los quesos y los platos preparados".

En los niños, añade la nutricionista, además de los citados alimentos, otros productos contribuyen a su ingesta de sal. "Entre ellos figuran las pizzas, las hamburguesas, los aperitivos salados (patatas chips, fritos, ganchitos, etcétera), las galletas, los cereales de desayuno o la bollería industrial. Muchos de ellos saturan la publicidad en horario infantil, o los encontramos en las máquinas expendedoras que están a su alcance", destaca.

Según la experta, investigadores británicos argumentaron en el número de marzo de 2008 de la revista "Hipertensión" que reducir la cantidad de sal que toman los niños podría evitar la obesidad, ya que así tomarían menos refrescos. "Por lo visto", matiza la nutricionista, "cuanta más sal toman mayor es su tendencia a beber las omnipresentes bebidas azucaradas porque calman con ellas su sed".

Por otro lado, apunta Susana Sánchez, los alimentos sólidos contienen mucho más sodio que la leche materna y la leche de fórmula (cuando es baja en sodio). Cuando los pequeños empiezan a tomar otros alimentos diferentes a la leche, ingieren demasiada sal". Sánchez da unas pautas de control: "El consumo de sal puede reducirse a la hora de cocinar evidentemente no añadiendo sal, salsa de soja o cubitos tipo Avecrem y sustituir la sal por otras especias que den sabor, o simple y llanamente retirar el salero de la mesa". Otras fórmulas son reducir el consumo de aperitivos salados, elegir productos con menos contenido en sodio o tomar con frecuencia alimentos frescos como frutas y verduras".

Susana Sánchez añade que algunos fabricantes de alimentos están reformulando sus recetas "para reducir el contenido de sal de sus productos; además, siempre es aconsejable leer las etiquetas de los alimentos para comprobar la cantidad de sodio que contiene un producto antes de comprarlo o consumirlo".

Desde diferentes instituciones sanitarias a nivel mundial, europeo y nacional (OMS, DG Sanco-Comisión Europea, MSSSI-Aesan) se ha alertado sobre el consumo excesivo de sal en la dieta. Recomiendan reducir el consumo de sal a cinco gramos al día para adultos, tres en niños menores de 7 años y cuatro en niños con edades entre 7 y 10 años, matiza la especialista asturiana, que concluye recomendando que se debe controlar el consumo de sal desde la edad infantil.

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