La interacción entre las áreas del cerebro responsables de la generosidad y la felicidad explicaría por qué la gente es altruista incluso cuando conlleva un coste personal, según una investigación de la Universidad de Lubeck, en Alemania. Todas las sociedades y culturas valoran el comportamiento generoso de sus individuos, pero la teoría económica siempre ha fracasado al buscar una explicación cuando la generosidad conlleva invertir los recursos propios en beneficio de otro. La psicología, en cambio, había sugerido que el motivo para el comportamiento altruista es el incremento de felicidad que provoca, pero no ofrecía un entendimiento del mecanismo de los procesos neuronales que los vinculan.