-Nunca me cuidé, pero tampoco me descuidé. No fabrico tres aminoácidos, tomé la medicación que dan para esto y casi me mata.
El performer y artista multidisciplinar Cuco Suárez (Fernando Pérez Suárez, Laviana, 1961), Premio Nacional de la Juventud en 1991, entre otros reconocimientos, prepara exposición para el Museo de Bellas Artes de Asturias: "Crónicas geopolíticas". Son tres piezas, y se inaugurará el 5 de septiembre.
Es Cuco porque desde niño era un chisgarabís, y quitó el Pérez. Tras un problema de herencia, decidió que sus parientes se llevaran también el apellido.
- ¿Se sintió muy mal?
-Pensé que me iba, y ahora me doy cuenta de lo importante que ye alguna xente en mi vida y agradézco-yoslo. Doy abrazos y besos, con nobleza, y les presta.
- Un momento bueno y malo.
-Ye mejor no tenelo, pero...
- ¿Qué le pasaba?
-Tres días seguidos durmiendo, sin comer, despertaba y no sabía dónde estaba, me levantaba y caía. Meto esto en el paquete de mi mala suerte.
- ¿La tiene?
-No tendría que haber nacido. Mi madre diz que me oyó llorar en su vientre. Nací deshidratado. Recuerdo la primera vez que abrí los ojos.
- No creo que sea posible.
-Acuérdome de tar con un pijamucu azul, mi madre dándome cucharaes y yo vomitando. Y de la habitación del chigre de minero donde me crié, el bar Fontoria, en Gargallo, un merenderu que tenía pista de baile. Veía a "Marimbas Punto Azul", a "Stukas" y a Tino Casal, que vestíase en casa y queríame mucho. Saltaba pola ventana y garraba duros y pesetes del suelu. Una vez topé cinco duros y no dábamos pa gastalos un amigu y yo. Compremos dos peonces y dos navayes...
- ¿Causa de su mal?
-Tengo ataques de pánico desde los 17 años. Fáltame infancia. Tuve que escapar de que me currasen en el colegio y en casa.
- ¿Su familia?
-No. Muerre mi padre, mi madre tien que ir a Suiza y quedé en manos de una persona, nun voy decir el nombre, que me maltrató y llegó a lavame la cara con un estropajo de alambre. Tuvieron que sacame d'allí. No supe adónde ir hasta los 17 años. Con los primeros ahorros compré un tocata y luego una casa, para ubicarme.
- ¿Le cuidó alguien ahora?
-Mi madre y mi hermana. Ye muy guapo tener una hermana mayor, porque tienes dos madres. Dolores tuvo mucha suerte: acaba de jubilase y vive en Santiago. Se casó con un gallego que la quier y tienen dos guajes suizos muy inteligentes y críticos que hablan seis idiomas. Tengo un sobrino nieto, Liam, de 18 meses.
- ¿Cómo dieron con su intoxicación?
-En octubre pasado monté llorando una exposición en Las Palmas. Mi galerista, Saro León, que me tiene adoptado, se asustó. Un amigo artista, José Ruiz, me habló del neuropsiquiatra Aizpiri, que se curtió en la desintoxicación de yonquis y de alcohólicos y dirigió los psiquiátricos del País Vasco. Al dedicarse a la antipsiquiatría es el terror de las farmacéuticas y le dieron una patada en culo. Me recuperó el cerebro.
- ¿Cómo?
-Me retiró un 70 por ciento de la medicación hace seis meses y hace uno que noto mejoría. Tenía la libido superbaja y ahora hice una apuesta de que esta Navidad parto el turrón del duro con el banano. Eso da felicidad.
- ¿Con qué se cura?
-Con la comida. No produzco serotonina ni Omega 3... Tenía un cerebro deprimido. No tengo una patología psicológica: no soy perverso ni en lo íntimo. Soy de "mocina, dame un besu que voy date yo otro". Me gusta el cariño.
- ¿Cómo vive su edad?
-No tuve suerte de emparejar. No tengo hijos ni nietos, ni una compañera con la que el sexo se haya vuelto amor. Solo a los 55 pareces un coche de segunda mano. Te quedan cinco años para 60 y la dentadura en el vasu. Soy de la época del futbolín y no quiero ligar por internet, pero sales y sólo hay chorbinas.
- ¿Ha perdido el tiempo?
-Al revés. Tengo mucha vida porque tengo tiempo. No soy violento, pero tampoco pacífico, y cuando alguien me toca los cojones le digo: "Tengo algo que usted no tiene: tiempo. Me voy a dedicar exclusivamente a usted y no pararé hasta que no lo metan en un manicomio".
- ¿Cómo vive el momento?
-De mala hostia con este país, donde más se habla de política y donde menos y peor política se hace. Viví en Suiza y temporadas en el norte de Europa y sé lo que es una democracia. Esto no es un caos, que mola, esto es un desmadre político y judicial, y la gente está perdiendo estatus, privilegios e identidad. Estamos cerca de las repúblicas bananeras. En ningún país de Centroeuropa pueden cortar la corriente o dejar fuera de casa a una persona. Europa tiene que juzgar a los "manguis".
- ¿No ve cambio?
-Podemos me desencantó. Soy anarquista. Dicen que los chavales se pegan. ¿Si les quitan arte, música, humanidades y filosofía, cómo no se van a currar? Mujica propuso cultura para mejorar Uruguay. En Medellín, un programa de artes plásticas bajó la violencia el 70 por ciento. Aquí gobierna la extrema derecha.
- Exagera.
-¿Por qué en España hay una Fundación Franco y no una Fundación Hitler en Alemania ni una Fundación Mussolini en Italia? A éstos los votaron cinco millones de personas. Yo estoy entre los 45 millones que no.
- Su exposición promete ser muy política.
-Sí, la pieza "Damocles" trata de la dificultad de permanencia actual. Antes no había fracaso, ni te echaban del trabajo. Ahora hay contratos basura, desahucios y, no sé por qué, cobramos menos que los europeos pero las cosas valen casi lo mismo. Tán metiéndonosla doblá.
- ¿Y como artista?
-El arte es el gremio más puteado, y yo me quejo y exijo. Nos sacaron del capítulo 6 de los Presupuestos. Cuando entre un historiador en un museo, verá que en los últimos doce años no se ha comprado arte ni ha habido actividad.
