"Mi resistencia acabó por enfadarles y se me chantajeó con la amenaza de no sonar nunca en las grandes cadenas de televisión si no aceptaba la propuesta. Esto supondría una merma en mis beneficios y una falta de proyección casi absoluta". Así relata Jorge Martínez, el líder de "Ilegales", el chantaje al que trataron de someterle por negarse a participar en la trama conocida como la "Rueda", una presunta estafa en torno a los derechos de autor de la música emitida en televisión, que actualmente investiga la Audiencia Nacional y por la que están imputadas 18 personas.

El mecanismo de la "Rueda" es sencillo. Un grupo de editores vinculados a la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) acordaba con ciertas cadenas de televisión ceder un catálogo con títulos musicales de dominio público con unos mínimos arreglos, para luego repartirse los pagos por los derechos de autor. Estas piezas se emitían de madrugada y, dado el elevado valor que la SGAE otorga a la música emitida por televisión (que supone en torno al 80% de su recaudación anual), el beneficio era enorme.

Se estima que, en cinco años, once autores implicados en la trama podrían haber recaudado en torno a 25 millones de euros. Mas las sospechas en el seno de la entidad llevó a los promotores de la trama a acercarse a músicos contrastados para dar un aire de legitimidad al controvertido mecanismo, que la Audiencia considera que podría ser ilegal. Entre ellos, a Jorge Martínez.

"La primera conexión se produjo hace unos cinco o más años y la 'oferta' se repitió un par de veces más a lo largo del tiempo. Todo consistía en cederles el máximo enajenable permitido por ley, el 50% de mis derechos de autor, o interpretar canciones horribles compuestas por gente de su editorial en varios programas nocturnos de esos que no ve nadie. Si las canciones de su editorial no me gustaban no había problema; me propondrían otras aún mas horribles", relata Martínez a LA NUEVA ESPAÑA.

Ante ese primer acercamiento, el líder de "Ilegales" fue cauto: "No respondí en el primer momento, soy algo torpe en estas mierdas pero no tanto. Intenté indagar un poco para conocer el alcance de la trama sonsacando información pero a la propuesta directa contesté 'no' porque creo que los malos pueden realizar todas sus tropelías porque la gente buena deja hacer. Hay que saber oponerse y combatir al mal. La mansedumbre es peligrosa. Eso de que no se consigue nada llamando al que roba ladrón y al que mata asesino es una subterfugio de toda esta mafia".

La negativa de Martínez llevó a los promotores de la trama a amenazarle con no volver a sonar en televisión. Un riesgo real, si se tiene en cuenta la magnitud del negocio: la Audiencia investiga la presunta implicación de Atresmedia, Mediaset, TVE y doce televisiones autonómicas, entre ellas la TPA.

Pero la trama no se limitaba a sacar rédito económico del trabajo de otros, sino que buscaba controlar la SGAE. "El sistema es claramente perverso: cuantos más beneficios generas más votos tienes. Gente que no ha escrito una canción en su vida se dedica a firmar clásicos, modificados o no, y así obtiene una cantidad de ingresos, y por lo tanto votos. Esto les permite controlar la SGAE y a los verdaderos autores mediante el voto fraudulentamente conseguido", concluye Martínez.