El artista plástico avilesino Carlos Suárez es el ganador de la primera edición del premio "Museo Barjola". Un galardón que el creador ha logrado con su proyecto "Cita con la historia", una instalación centrada en la memoria histórica, que está pensada para la capilla de la Trinidad del Museo Barjola (tal y como exigían las bases) y que Suárez ejecutará en el mes de diciembre.

Al galardón, convocado por la Viceconsejería de Cultura y Deporte, han concurrido 24 artistas, asturianos o residentes en la región. Pero el jurado -compuesto por el viceconsejero de Cultura (Vicente Domínguez), la directora de actividades de Laboral Centro de Arte (Karin Ohlenschläger) y los directores del Museo de Bellas Artes (Alfonso Palacio), del Barjola (Lydia Santamarina), del Niemeyer (Carlos Cuadros) y de la Sala Borrón (María José Baragaño)- decidió por unanimidad otorgar el galardón, dotado con 5.000 euros y la instalación, al proyecto de Suárez. Una propuesta de "gran solidez conceptual y formal", como precisa el acta del jurado, que "se incardina en una tradición muy consolidada como lo es la de arte-política-historia".

"Carlos Suárez plantea el arte como dispositivo para visibilizar una realidad histórica y social que revela la relación entre territorio y pasado inmediato", reflexionaba Domínguez al anunciar la concesión del premio, ayer, en la sede de la Viceconsejería de Cultura. Un anuncio que cogió al artista en la localidad alemana de Kassel, donde asiste a la exposición quinquenal de arte contemporáneo "Documenta".

"Me ha pillado por sorpresa, pero es una gran alegría porque me permitirá desarrollar un proyecto artístico que concluye un proceso de investigación", explica Suárez, desde Kassel, en conversación telefónica con LA NUEVA ESPAÑA.

La temática de la instalación es coherente con la trayectoria previa de Suárez. "Llevaba tiempo trabajando sobre la historia y me había detenido en los procesos de recuperación de la memoria histórica. Concretamente, este proyecto parte de una reflexión a raíz de las últimas exhumaciones que se llevaron a cabo en la zona de Bañugues, a partir de la recuperación de los cadáveres de 'las candasas'", relata Suárez.

Las conocidas como "las candasas" son un grupo de ocho mujeres que fueron torturadas por las fuerzas insurgentes y, posteriormente, arrojadas desde el Cabo Peñas al mar en junio de 1938. Algunos de los cuerpos retornaron días después a la costa, y sus familiares los enterraron en una fosa común.

"He recopilado numerosos datos, desde testimonios hasta manifiestos que llevan a cabo colectivos como la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica. El proceso artístico se construye a partir de esos datos, y lo que plantearé en el Barjola será una instalación que condense todas esas reflexiones con el apoyo de imágenes y sonidos", concluye Carlos Suárez.