La edición genética, el Santo Grial de la biología para curar enfermedades y evitar males congénitos, está más cerca de ser una práctica viable en humanos. Un equipo de la Universidad de Salud y Ciencia de Oregón (EE UU) liderado por Shoukhrat Mitalipov, ha logrado editar el ADN de embriones humanos viables, evitando los nocivos efectos secundarios que se habían detectado en experimentos previos. Un avance que puede abrir la puerta a numerosos avances más allá del tratamiento de enfermedades: desde la mejora genética de animales y cultivos hasta la recuperación de especies extintas.

La edición genética es uno de los principales avances científicos de las últimas décadas. En 2016, las investigadoras Emmanuelle Charpentier y Jennifer Doudna recibieron el premio "Princesa de Asturias" de Investigación Científica y Técnica por sus investigaciones en este ámbito, que propiciaron el desarrollo de la técnica CRISPR-Cas9, conocida como el "copia y pega genético", que es la que ha utilizado el equipo de Mitalipov.

"Estamos ante una tecnología que por primera vez nos permite corregir mutaciones en el ADN", explica Xosé S. Puente, Profesor de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad de Oviedo. En el caso de la investigación liderada por Mitalipov -que ha sido adelantada por la revista especializada "MIT Technology Review" y que será publicada próximamente en "Nature"- los avances respecto a otros experimentos previos, singularmente los realizados en instituciones chinas, son varios. "Es el primer estudio de esta naturaleza que se realiza fuera de China; se han registrado, en teoría, muy pocos errores fuera de la región que querían editar; y se ha evitado el problema del mosaicismo", detalla Puente.

Cada uno de estos avances tiene una importancia capital. El hecho de que instituciones y equipos de investigación de Occidente se impliquen en investigaciones biotecnológicas es importante para tratar de discutir la hegemonía asiática en este campo.

En cuanto a los errores genéticos asociados, es uno de los principales problemas que se habían detectado en las investigaciones previas. "De confirmarse, es un paso importante. Porque de lo que se trata es de evitar mutaciones genéticas que pueden dar lugar a enfermedades. Si al hacerlo estás introduciendo mutaciones nuevas que pueden derivar en enfermedades aún peores, no serviría para nada", explica Puente.

Cambio climático

El tercer avance puede permitir que se supere el llamado mosaicisimo. "Si quieres corregir una mutación en un niño o una niña, quieres que esa mutación se corrija en todas sus células. Pero en las investigaciones previas eso no sucedía: se corregía en unas células, pero no en otras, por lo que las enfermedades acabarían apareciendo en otras células. Esto es el mosaicismo. Y, en teoría, ellos han logrado que se corrija también este problema y no en un sólo embrión: en decenas", aclara Puente.

Tal y como se presenta esta técnica, casi parece anunciar un futuro similar al que muestra "Gattaca", la película de Andrew Niccol ambientada en un futuro en el que los niños son gestados mediante ingeniería genética para potenciar sus capacidades y evitar enfermedades, con los correspondientes problemas éticos. "En realidad, ya casi estamos en 'Gattaca': nosotros podemos leer el genoma. ¿Lo podemos interpretar para ver si una persona tendrá determinados potenciales? Todavía no, estamos muy lejos de eso. Pero el problema ético no reside en utilizar esta técnica para evitar una enfermedad, sino en el momento en que una pareja quiera alterar los genes de su hijo no nacido para que tenga, por ejemplo, los ojos azules, sin tener carga genética para ello", reflexiona Puente.

El experto precisa, en todo caso, que la técnica de la edición genética tiene un gran abanico de usos, más allá de su aplicación en humanos: "el impacto de esta técnica será muchísimo mayor en la edición de vegetales y frutas, o en animales, para que produzcan mejor leche o más carne".

Un ejemplo de estos posibles usos es una investigación que se está desarrollando actualmente para "resucitar" al mamut, cruzando el ADN de los animales recuperados en Siberia con el de los elefantes. El objetivo: luchar contra el cambio climático. "Sucede que, con el aumento de temperaturas, se está perdiendo la capa de nieve de la zona siberiana de tal manera que se pierde ese factor de reflejo de la nieve, empiezan a aparecer plantas, absorbe más luz solar y hace que se descongele la tundra más rápido. Así que se quiere recuperar a los mamuts, que pastaban en la tundra, y combatir así el cambio climático", relata Puente, que reconoce aquí un dilema ético: "Esos mamuts resucitados estarían patentados". La película, pues, no era "Gattaca": estamos en el preludio de "Parque Jurásico".