Un equipo de investigadores chinos del Instituto de Ciencias Biológicas de Shanghai ha publicado en la revista "Science" un descubrimiento que, de no haberse producido en este siglo, les hubiera encumbrado a la cima de la ciencia mundial: han encontrado un circuito neuronal -de momento en el cerebro de los ratones- que convenientemente estimulado convierte al animal en un macho alfa y aumenta hasta en un 90 por ciento las probabilidades de vencer en un enfrentamiento con otros congéneres y potencia extraordinariamente su comportamientos de empuje y resistencia.

Pero ahora que eso de ir por la vida de macho alfa empieza a estar muy mal visto (y suele ser bastante hortera, además), la investigación de este equipo liderado por el investigador Tingting Zhou puede acabar convirtiéndose en un saber perfectamente inútil. ¿Quién salvo Pablo Iglesias va a querer que le estimulen esas neuronitas para seguir sometiendo al resto de la manada a golpe de puñetazos en el pecho?

Ser macho alfa y, en general, ser hombre del común empieza a ser un valor en declive. La agencia SINC se hace eco de un informe escalofriante que revela que la fertilidad masculina se ha reducido en un 50 por ciento en los hombres occidentales a lo largo de los últimos cuarenta años. Los resultados de este trabajo elaborado por un equipo internacional de expertos revelan que la concentración espermática ha disminuido en un 52,4% en hombres de América del Norte, Europa, Australia y Nueva Zelanda. Y el declive no se detiene, sigue a la baja. Los nombres se quedan sin su semillita, pero no todos. En América del Sur, Asia y África no se ha observado reducción. ¿Y por qué? Pues porque la disminución espermática podría estar asociada con factores medioambientales y estilos de vida, incluyendo la exposición prenatal a químicos, y la de los adultos a plaguicidas, tabaquismo, estrés y obesidad, subraya la agencia SINC. El trabajo, en definitiva, muestra hasta qué punto las alteraciones en el medio ambiente están limitando nuestra fertilidad.

El proyecto está encabezado por la Escuela de Salud Pública y Medicina Comunitaria Hadassah Braun de la Universidad Hebrea y la Escuela de Medicina Icahn de Mount Sinai. Y sus resultados, como resulta evidente, no convienen ser ignorados si no queremos colocarnos a las puertas de una extinción. "Dada la importancia de la concentración espermática para la fertilidad masculina y la salud humana, este estudio es una llamada de atención urgente para que los investigadores y las autoridades sanitarias de todo el mundo investiguen las causas con el fin de la prevención", indica a SINC Hagai Levine, autor principal del trabajo. "Estos hallazgos demuestran que la proporción de hombres con un recuento espermático por debajo del umbral de la subfertilidad o infertilidad está aumentando", comenta el español Alberto Torres, otro de los autores, de la Universidad de Murcia.