La mierense Belén Antón canta tonada innovada. Ella empezó con los registros tradicionales, aprendiendo de maestros contemporáneos tal que Ismael Tomás Montes. Pero en seguida quiso tomar otro camino. "Alguna vez concursé", dice. "Pero fue casi empezar y dejarlo. No me veía concursando. Para aprender te motiva, pero los concursos no tenían que ver con lo que yo quería hacer", explica. Justamente su camino era innovar, actualizar la tonada. Y junto al guitarrista Pedro Menchaca han armado un disco con una colección de clásicos construidos para el siglo XXI, algo que podría encajarse en lo experimental. "No tengo una etiqueta, pero sí podemos decir que es experimental; se trata de actualizar la canción asturiana. Es un paso importante porque la llevamos a espacios distintos", dice Belén Antón, que precisa "a locales de estos tiempos con públicos que tienen que ver con otras músicas", pero a los que ha convencido el dúo con su visión de canciones como "Anda y señálame un sitio", "Adiós la mía vaca pinta" o "Al pasar por el puertu", entre otras piezas que se sumergen en la exquisita voz de Antón y las solventes y vanguardistas guitarras de Menchaca y el resto de instrumentistas, Moriz Wahl (trompeta), Rodrigo Cobos (violín), Dolfo Montes (contrabajo) y Pablo Canalís (multiinstrumentista).
"Hay gente que lo va captando, que le suena porque lo cantaban sus padres o abuelos, lo identifica y le saca ese poso, pero en espacios donde no llega la tonada, y nosotros lo estamos consiguiendo", dice Antón, que añade: "Nosotros encajamos en otros sitios, lugares como los del rock o el pop, y estamos gustando", y también a los que la siguen desde el punto de vista de "la tradición, a quien yo tengo respeto, que es Ismael Tomás Montes, que me va a ver y me dice que está muy bien cantado, que lo llevé a mi terreno. Somos alternativos y actuamos en lugares donde no lo hacen los que mantienen la tradición; estamos conectando con público joven, abierto a otras músicas y con otras inquietudes". Finalmente, Antón dice que las letras son universales y que se pueden actualizar. "Estos temas encajan además en lo identitario de aquí". Sobre algunas de las nueve canciones que componen el álbum, dice de "Anda y señálame un sitio" que es muy guapa y que tiene su punto convencional. "Me gusta mucho, pero también 'Adiós la mía vaca pinta' con ese sonido tan original de la guitarra de Pedro". Y desvela que "Al pasar por el puertu" le cogió el tono con el tiempo y "va a ser la que más me gusta. Porque sé cómo la cantan realmente, la fuerza que tiene, y yo la suavizo y queda muy guapa".
Concluye definiendo la obra en su conjunto: "Voy experimentando en el momento. No tengo un modelo, no digo me voy a apoyar en este intérprete, si acaso lo hacía para estudiar las características, pero para lo que hago ahora no tengo referentes. Me veo sola porque soy yo la que tengo que abrir esa forma de hacerlo". Para explicar cómo entiende el género se remite al blues y estilos colaterales, que nacieron del "propio paisano trabajando en la tierra, pues con la tonada haces igual. Es algo natural. Vi lo que había y me di cuenta de que es maravilloso y que necesitaba buscar mi espacio y lo estamos consiguiendo".
Menchaca dice que coincidió con Antón haciendo otra historia musical por casualidad. "Ella tenía que cantar una tonada y era mi primera experiencia con el género. Una vez que te metes, te gusta", explica, y añade que "al final fue ponerse a ello y armonizar las canciones". Y a la hora de clasificarla dice que pondría "postonada". En realidad, es lo mismo que cuando se etiquetaba con "neo" en el sentido de evolución. Coincide en que están encajando: "A los que tengo alrededor les está gustando mucho. Lo cogen con apertura de oído, los puristas no sé qué pensarán, pero, por ejemplo, a los folkis sí les gusta". "Eso sí", indica Menchaca, "hay gente que nos dijo que nunca se les hubiera pasado por la cabeza, ni imaginado, escuchar tonada, y esto fue una forma de que entraran" en su mundo.
