Juntar a Che Guevara y Ernest Hemingway en un barrio pobre de la Marsella del siglo XXI es, cuanto menos, una idea poco convencional, pero cuando hablamos de literatura no hay regla escrita (paradójicamente hablando) y Bertrand Solet, consciente de ello, utiliza a los citados personajes históricos para profundizar en las injusticias del mundo actual. "Che Guevara vive en el séptimo" narra las tribulaciones de una niña emigrante de diez años, a la que apodan Rana, que vive angustiada, ya que tres matones de un barrio vecino, el Listillo, el Bestia y el Chiflado, extorsionan a su padre, un sin papeles que sólo quiere trabajar para mantener a su familia, bajo la amenaza de denunciarle. Algo que seguramente supondría la expulsión del país francés y la vuelta a una miseria aún mayor que la que respiran en la bulliciosa ciudad portuaria. Pero la Rana y sus dos inseparables amigos no están solos ya que conocerán a un anciano llamado Ernest que, además de contarles que una vez pescó un pez espada en Cuba con el que estuvo luchando -sin pensar en rendirse nunca- durante dos días y dos noches, les narró la historia de cómo un puñado de personas hartas de los abusos continuados a los que eran sometidas derrotaron a un dictador en la isla caribeña, a finales de la década de 1950.

En este libro, editado por Takatuka y traducido por Marisa Delgado, Solet ahonda en unos temas que conoce de primera mano ya que, como hijo de emigrantes rusos, conoce muy bien las penosidades a las que se enfrentan los seres humanos en tierras extrañas y tantas veces hostiles. El mensaje final, elevado por unas pocas pinceladas del ilustrador Nono K, despierta la solidaridad y la unión que siempre están detrás de cualquier verdadero cambio. Este es un libro muy recomendable para acercar a los niños a unos personajes que marcaron el rumbo del siglo XX.