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CARLOS WAGNER | Director de escena de la ópera "Sigfrido"

"Proyectaremos imágenes en 'Sigfrido' para potenciar la imaginación del público"

Carlos Wagner, en el Campoamor, ante una de las imágenes que se proyectarán en "Sigfrido". LUISMA MURIAS

El director de escena Carlos Wagner comparte apellido con el autor de "Sigfrido", el tercer título de "El Anillo del Nibelungo" con el que comienza la próxima temporada de la Ópera de Oviedo el próximo 6 de septiembre. La puesta en escena es una de las principales apuestas de la programación y la que despierta más interés, al tratarse de una nueva producción que se basa en la sucesión de proyecciones y que propone desplazar también a la orquesta, con sus más de cien profesores, sobre el escenario. Wagner ha participado anteriormente en Oviedo como director de "Il Duca d'Alba", de Donizetti, que se programó en el Campoamor en la temporada 2015-16. A pesar de que ha trabajado en los teatros de más renombre internacional, es la primera vez que se enfrenta al reto de poner en escena este "Sigfrido", uno de los héroes del legado wagneriano, si bien ha trabajado sobre "El holandés errante" y "Lohengrin", ambas del mismo autor. Tal como señala el propio Carlos Wagner, a diferencia de los dos primeros títulos de la tetralogía, "El oro del Rin" y "La Valquiria", representados en Oviedo en años anteriores, en "Sigfrido" no habrá videomaping, ya que en esta ocasión se ha optado por las proyecciones sobre el escenario, que tendrán un ritmo independiente de la acción escénica.

- ¿Cómo ha concebido esta puesta en escena?

-La primera idea que teníamos era hacer este drama semiescenificado y concentrarnos sobre todo en las proyecciones. Ese trabajo es el que he estado desarrollando con Fausto -Morales, director de arte- y hemos desarrollado todo un lenguaje a partir de esas imágenes que se van a proyectar durante toda la obra. Era la idea inicial, pero todo cambió cuando llegamos a la sala de ensayos y me encontré con los cantantes, que son muy activos y tienen ganas de moverse y probar, por lo que he hecho más de lo que esperaba al comienzo, y ahora nos encontramos con poco tiempo para llevar a cabo todas las ideas.

- ¿En qué consiste exactamente su propuesta escénica basada en las proyecciones?

-Vamos a crear ambientes visuales que acompañen a la música, pero que no estén directamente relacionados con la acción. Las imágenes reflejan el estado de ánimo de un personaje, otras veces inciden sobre la atmósfera; en ocasiones encontraremos una vinculación muy directa, mientras que en otras serán alusiones metafóricas. Por ejemplo, cuando Sigfrido y Mime deciden forjar la espada, hemos decidido mostrar imágenes de una forja industrial. Todas estas imágenes acompañan, por así decirlo, las acciones que por otro lado se están llevando a cabo en la escena.

- ¿Qué implica esa acción escénica de la que habla?

-Está fundamentada en los movimientos que los cantantes realizan sobre el espacio del escenario. No hay utillería, ni tampoco vestidos porque los cantantes van de negro y sólo llevan pequeños accesorios que permiten identificar a cada uno. Intenté reducirlo todo al mínimo porque si tienes proyecciones muy potentes, como las que hemos previsto, y luego le sumas la escenografía, el vestuario, etc., llega un momento en el que no sabes adónde mirar. Además hay que añadir el hecho de que la orquesta también va a estar sobre el escenario.

- ¿Ha trabajado antes con esta técnica escénica?

-Es la primera vez que lo hago. De hecho a mí no me gustan las proyecciones en una obra cuando además hay también escenografía, pero cuando Javier -Menéndez, director artístico- me propuso hacer únicamente proyecciones me pareció muy buena idea porque entonces se trata de un elemento artístico que tiene su razón de ser justificada, no se trata de algo que reemplaza a una escenografía. Hay muchas puestas en escena donde las proyecciones muestran muchas cosas en la escena que no se pueden hacer con la escenografía, casi siempre por falta de presupuesto. Vengo del mundo del teatro y creo que las puestas en escena cinematográficas no le van a la ópera porque los gestos son muy amplios, entonces llenarlo todo con acciones realistas no funciona. Yo prefiero trabajar desde un punto de vista más estilizado y abstracto. Las proyecciones son sugerencias para potenciar la imaginación del público.

- ¿Cuál es el principal reto que un drama musical como "Sigfrido" supone para un director de escena?

-El principal problema es que "Sigfrido" no tiene mucha acción. He intentado traducir los sucesos que van aconteciendo en la historia, y acompañar lo que pasa psicológicamente con movimiento físico. Si los personajes se enfrentan, llegan a pelearse; si por el contrario no se entienden, se alejan el uno del otro en la escena.

- ¿De qué forma le influye, como director de escena, que la orquesta esté sobre el escenario en este "Sigfrido"?

-De un modo enorme. Si la orquesta está en el foso, parece que el público se olvida un poco de ella, es como si fuera música de fondo, y toda la atención va a parar al drama y la acción de los personajes. Poniendo la orquesta sobre el escenario, parece que ésta se engloba en lo que sucede y forma parte integral de la historia, reforzando las conexiones con las voces, algo muy presente en la obra wagneriana. Personalmente, considero a Wagner un genio realmente único de la composición, pero no comparto el entusiasmo general por sus libretos ni por la tetralogía, lo digo de un modo totalmente honesto.

- ¿Cómo se ha propuesto caracterizar a los personajes?

-A través del movimiento; he dotado a cada uno de los personajes con un repertorio de movimiento que refleja su carácter y su modo de ser. Tienen ritmos muy diferentes todos. Por ejemplo, en el caso de Wotan, siempre camina en línea recta, todo lo contrario que Mime, que no para de moverse, salta por todos los sitios y nunca tiene una mirada directa.

- ¿Esta idea de puesta en escena basada en proyecciones es un encargo explícito de parte de la Ópera de Oviedo?

-Sí. Ellos habían visto una propuesta de Opera North, en Nottingham, que les gustó mucho. Allí había proyecciones, la orquesta y los cantantes, y eso fue lo que me propusieron hacer, con la diferencia de que en Oviedo contaremos con una gasa y una pantalla, y proyectaremos sobre las dos superficies para crear un efecto 3D que visualmente resulta bastante impactante.

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