La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Hallado en Belmonte el primer "pueblo" minero de Asturias, dedicado al oro

Los arqueólogos encuentran en el castro de Pena Aguda, junto a la actual mina de Boinás, restos de actividad extractiva previa a la ocupación romana

22

Excavación en el castro de Boinas

El Imperio Romano explotó las minas de oro del Occidente asturiano, pero no trajo la minería aurífera porque la población indígena ya se había adelantado y explotaba minas subterráneas. Esta es la conclusión a la que ha llegado el equipo encabezado por el arqueólogo Ángel Villa Valdés y por Miguel Ángel de Blas, catedrático de Arqueología de Universidad de Oviedo, al finalizar la excavación del castro de Pena Aguda, en Boinás (Belmonte de Miranda).

Se trata de la primera parte del "proyecto Beriso", llamado así en alusión a un enclave citado en una lápida funeraria del siglo I localizada cerca, en Ablaneda. Los trabajos se iniciaron el 7 de agosto y terminaron ayer, cuando se presentaron los resultados: los restos de una aldea prerromana, muy próxima a la actual mina de oro de Boinás, y que habría estado ocupada por "decenas de personas" dedicadas a extraer el dorado metal de las galerías de mina cuyos restos milenarios aún están en las proximidades. Las huellas de aquella actividad minera aparecieron en estos trabajos. Se encontraron, además de varios trozos de cerámicas de la Edad de Hierro, crisoles donde fundir el oro, filamentos de moldes de fundición y hasta un punzón de cobre.

Tres arqueólogos, liderados en el trabajo de campo por Rubén Montes López, sacaron a la luz el yacimiento del castro de Pena Aguda, que está dentro de las instalaciones minera de Orovalle, actual concesionaria del yacimiento aurífero de Belmonte. Y así han podido trazar el diseño original que tendría aquel asentamiento. Estaba protegido por cuatro fosos defensivos, una vez rebasados se podía acceder a la antigua aldea. Esta explanada, donde se enclavaban las distintas viviendas, tiene unas dimensiones de 60 metros por 20 metros. El georadar reveló la existencia de restos metálicos. Los arqueólogos hicieron catas en los dos primeros fosos defensivos. Los otros dos aún están por excavar.

A unos 200 metros sobre la carretera que lleva a las actuales oficinas de la empresa Orovalle está el castro de Pena Aguda. Al este de donde estaría la entrada original al poblado, se han encontrado restos de una muralla que rodeaba y protegía el enclave por completo.

No se puede certificar el número ajustado de residentes que tenían su hogar y trabajo en el castro de Pena Aguda, pero Rubén Montes se atreve a afirmar que "unas decenas de personas vivirían antiguamente en la zona". Con estas pautas se puede asegurar casi al cien por cien que hubo un asentamiento anterior a los romanos y que utilizaban la minería subterránea antes de su llegada.

A fin de lograr una cronología precisa, los objetos encontrados serán enviados a los laboratorios del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), que trabajan para el proyecto CORUS, con el que se trata de perfilar las formas de dominación y de explotación que los romanos practicaban sobre los recursos de la Península.

El método del carbono 14 será el encargado de discernir, a partir del análisis de polen y de sedimentos y restos de fauna hallados la fecha precisa en que se ocupó una zona con evidencias de actividad mineras y siderúrgicas y que, según los expertos, podría considerarse de las más antiguas de Europa.

"Los resultados están siendo muy satisfactorios", admite Ángel Villa Valdés, arqueólogo del Museo Arqueológico de Asturias y director del "proyecto Beriso". Según Villa, en estas excavaciones no se encontraron indicios de que los romanos hubieran intentado conquistar el poblado de mineros indígenas astures. "No hay indicio de ocupación". Los romanos se presentaron en la zona y no tuvieron que construir sistemas para la extracción de oro. A su llegada tenían las infraestructuras a su alcance, así como los habitantes de los castros que sabían extraer los minerales para trabajar como mano de obra.

Este proyecto se sustenta en una idea clave: conectar el castro de Pena Aguda con el de Alava y el de Pena del Culladón. Estarían los tres relacionados con la actividad extractiva de oro de las galería entibadas descubiertas ya hace años. Hasta ahora, las investigaciones iban encaminadas hacia el estudio de las explotaciones mineras, dejando a un lado la posible existencia de asentamientos humanos que tuvieran, ya antes de la llegada de las legiones de Roma, a la minería subterránea como modo de vida.

Las investigaciones han comenzado por el castro de Pena Aguda, los otros dos futuros yacimientos arqueológicos están situados al norte y serán excavados en próximas campañas.

En Pena Aguda, los arqueólogos pretenden "constatar que era una estación fortificada, con una cronología precisa, un marco cultural fiable y un marco ambiental de poblado bien acotado". Ahora, tras acabar la primera extracción de materiales, se centrarán en el estudio de los recursos arqueomineros en el ámbito documental y de inventario.

En cuanto a los otros dos castros, el de Alava y el de Pena del Culladón, en Salas, se espera encontrar otros dos poblados pertenecientes a la misma época y con las mismas explotaciones auríferas, pero se diferenciarán por la extensión, posición geográfica y defensas ante los ataques. Aunque el proyecto tiene marcado el próximo año para la excavación del castro de Alava, lo cierto es que no existe una fecha fija para seguir con el trabajo de campo.

En el caso del castro de Pena Aguda, las investigaciones están patrocinadas principalmente por la Fundación Valdés-Salas, además de recibir financiación económica de la actual propietaria de las minas de oro de Boinás, la empresa Orovalle Minerals, y de la Cooperativa Forestal Salense. Para llevar a cabo este estudio histórico, los arqueólogos cuentan con el apoyo de numerosas instituciones, como son la Facultad de Historia de la Universidad de Oviedo, representada por el director científico del proyecto y catedrático de Prehistoria Miguel Ángel de Blas Cortina. También participa la Dirección General de Patrimonio Cultural del Principado de Asturias, a través del Museo Arqueológico de Oviedo, con le responsable de redactar el proyecto y codirector de la excavación, Ángel Villa Valdés, junto a Rubén Montes López. También contribuye el Ayuntamiento de Belmonte de Miranda.

Entre los expertos que colaboran se encuentra también un equipo de arqueólogos de la Universidad de Marbug (Alemania), así como los laboratorios incluidos en el CSIC y especialistas nacionales e internacionales de la arqueología.

Compartir el artículo

stats