Mánager, escritor, periodista, personaje televisivo, cantante... Mario Vaquerizo (Madrid, 1974) es el hombre de las mil caras, eso sí, todas ellas amables. Este showman, que debe gran parte de su fama a su participación en un "reality" junto a su pareja, la también artista Alaska, actúa mañana (22.00 horas) con su grupo, las "Nancys Rubias", en el festival "Downtown de Lugones (Siero). Prometen ofrecer un gran concierto para todos los públicos; eso sí, ya lo advierten de antemano y sin ningún tipo de complejo: "No sabemos tocar instrumentos, sólo la voz será en directo". Aún así, el espectáculo está garantizado.
- ¿Cómo se ofrece un concierto sin saber tocar instrumentos?
-Es algo que dijimos desde un principio, que no sabemos tocar instrumentos, pero tampoco queremos. Si quisiera aprender a tocar la guitarra, lo haría, es sólo cuestión de tiempo, como ser culto; pero es algo que no me parece interesante. Se me ocurren un millón de cosas más interesantes que hacer antes que eso. Para el concierto, nosotras llevamos unas bases pregrabadas, pero tanto las voces como los coros son en directo.
- Esto da lugar a un caso prácticamente único.
-No tanto, en los conciertos de los "Kiss", por ejemplo, suenan guitarras que no están en directo. "Los Ramones" tenían sus limitaciones y, casi con dos notas, forjaron un estilo que hoy en día sigue vigente y es reconocible. Y no pasa nada, yo los disfruto igual. Nosotras lo que queremos, y lo único que pretendemos, es pasarlo bien.
- ¿Teme que no les tomen en serio por ello?
-Siempre digo que nosotros somos un grupo "autoprefabricado", en el que desde un primer momento decidimos quién tenía que cantar, cómo y cómo teníamos que sonar. Y nos lo tomamos muy en serio. El problema es que hay gente muy reaccionaria que no lo ve así, pero no nos importa. Nunca hemos pretendido nada más allá que divertirnos y hacer lo que nos da la gana. Poco a poco hemos ido consiguiendo éxitos, aunque no los buscásemos. Y todo sin sonar en ningún sitio.
- ¿Por qué?
-Nuestra propuesta es muy digerible, porque es un pop estándar de toda la vida, muy melódico y con estribillos pegadizos... Pero es cierto que estamos en un limbo musical. Ahora hemos sacado un nuevo disco ("Marcianos Ye-ye") y no lo han puesto en ninguna radio. Pero luego estamos girando por toda España y aparecemos en todas las televisiones de audiencia.
- ¿Se puede sobrevivir así?
-Sí. Por otro lado, es algo que en parte nos viene muy bien. Aunque es cierto que llevamos cinco años viviendo de la música, porque nos pagan muy bien, mantenemos la esencia de utilizar el grupo para canalizar nuestros momentos de ocio y divertirnos, que ya no tenemos edad ni ganas para estar en una discoteca. Es algo bueno. Lo que me parece muy deshonesto, por ejemplo, es querer ser famoso con tu grupo. No me gusta eso de querer llegar a ser el número uno y que sólo te valga tocar ante mucha gente. Si quieres cantar puedes hacerlo ante 2.000, 10.000 y 500 personas.
- Ustedes no tienen hueco en la "radio fórmula" pero por ejemplo, nuevos géneros como el "trap", un estilo marginal hasta hace cuatro días, está empezando a sonar en todas las emisoras. ¿Algo está cambiando?
-Es una cuestión de modas, que no deja de ser un reflejo sociológico. Al principio el rap era algo más marginal, pero en Madrid, por ejemplo, había salas en las que sólo ponían ese género y se llenaban; lo mismo con el electro-latino o el reggaeton. Hay mucha realidad al margen de las radios comerciales, y a veces parece que nos olvidamos de ello porque parece que vivimos en una burbuja. De todos modos, nosotros hacemos canciones pop, no hemos inventado nada.
- Mañana vienen a "estrenar" un nuevo festival, uno más de los muchos que se celebran durante el verano por toda la geografía española. Hay quien dice que hay una burbuja de festivales y que cualquier día estallará.
-La gente es muy pesada. Los festivales están muy bien organizados y son muy eclécticos, lo mismo te mezclan "Love of Lesbian" con "Fangoria" y cosas así. Yo llevo yendo a festivales desde el año 1994, y parece ser que la burbuja de momento está durando mucho. Que dure lo que dure, y si se acaban, pues ya nos buscaremos la vida. Lo que está claro es que no se trata de una moda, es un concepto que se acabó instaurando porque a la gente le gusta. El público se lo pasa fenomenal y nosotros, los artistas, encantados porque trabajamos. No hay que poner el parche antes que el ojo.
