Los seguidores de las profecías que anticipan el fin del mundo antes de que el sol se apague por completo, lo que ocurrirá dentro de 5.000 millones de años, están de enhorabuena. Una nueva teoría señala que el Apocalipsis está a la vuelta de la esquina, concretamente llegará el próximo sábado, 23 de septiembre.

Evidentemente ese día no pasará nada, al menos nada que tenga que ver con el Apocalipsis. Quienes sostienen que se acabará la vida en la Tierra tal y como la concebimos son los seguidores de la llamada Señal del Apocalipsis 12.

En el Apocalipsis de San Juan del Nuevo Testamento aparece la profecía de El Arrebatamiento o El Rapto, según la cual Jesucristo se llevará consigo a los buenos creyentes y el resto tendrán que afrontar el final del mundo.

Los defensores de la Señal del Apocalipsis 12 indican que El Arrebatamiento se producirá con la aparición "una mujer vestida con el sol, con la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas en su cabeza", algo que se producirá el 23 de septiembre de 2017 y que tiene su reflejo en la alineación entre las constelaciones de Virgo (la mujer) y Leo (las estrellas), el sol, la luna y los planetas Mercurio, Marte, Venus y Júpiter.

Coincidiendo con esta alineación, el planeta llamado Nibiru impactará contra la Tierra. La NASA, para tranquilizar al personal, asegura que esta planeta no existe, que es una invención. "Si Nibiru fuera real y fuera un planeta con una masa sustancial, entonces ya estaría perturbando las órbitas de Marte y de la Tierra. Veríamos cambios en esas órbitas", sostiene David Morrison, científico de la NASA en declaraciones a The Washington Post.

"Nibiru no existe". Vídeo: YouTube

Otros aseguran que el Apocalipsis está relaccionado con el eclipse solar del pasado 21 de agosto. Los eclipses están plagados de mitos y creencias pseudocientíficas. El 23 de septiembre se cumplirán 33 días desde que se produjo este fenómeno, la edad de Cristo cuando murió. El mundo no se destruirá -apuntan-, pero sí se producirá una serie de catástrofes que cambiarán el planeta.