El pasado mes de junio abría sus puertas en Santander el Centro Botín, un singular edificio del arquitecto italiano Renzo Piano que centra su actuación en la investigación, la formación y la divulgación cultural. Fátima Sánchez Santiago, directora ejecutiva de la entidad, visitó ayer Avilés para asistir a una reunión con miembros de la Fundación Niemeyer y establecer posibles colaboraciones futuras. También participó en una charla organizada por la Asociación La Serrana, de nueva creación.
- ¿Con qué aspiraciones nace el Centro Botín?
-Tiene tres objetivos. Por un lado, es un centro de arte que continúa la labor del programa de artes plástica que lleva a cabo la Fundación Botín desde hace más de 30 años. Además, trata de generar un nuevo lugar de encuentro en Santander puesto que no sólo es un edificio, también una intervención urbana y, sobre todo, es un centro de arte con una misión social; es decir, desarrollar la creatividad de la población a través de las artes.
- ¿Contarán con creadores de la región o centran la mirada en artistas de la esfera internacional?
-El programa de artes plásticas sigue la línea marcada hace 30 años y tiene tres ejes muy claros: investigación de los grandes maestros del dibujo español (hemos tenido un programa de colaboraciones para crear catálogos razonados sobre los maestros del dibujo español). También hay una línea de formación, con becas y talleres con jóvenes artistas que termina en una exposición. La tercera es de exposiciones producidas por la propia fundación. Todas las líneas están decididas por una comisión asesora de artes plásticas presidida por Vicente Todolí e integrada por María José Salazar, Manuela Mena, Paloma Botín, Udo Kittelmann y Benjamin Weil, director artístico del Centro Botín. Ellos son los que deciden el rumbo que tiene que tomar el centro en el área expositiva.
- ¿Han establecido una política de precios razonable?
-Es una política de precios que responde a las necesidades que veíamos a nuestro alrededor. Hay un precio de entrada general de ocho euros que consideramos no elevado y acorde a lo que vemos adecuado para el centro. También hemos hecho una cantidad de planteamientos para las diferentes necesidades: reducciones para jóvenes, para desempleados, mayores...y un pase cántabro, una tarjeta con la que cualquier persona de Cantabria puede acceder. La idea es que visite las exposiciones todas las veces que quiera, precisamente por esa misión social de desarrollar la creatividad de las personas, tienen que estar cerca del arte. Ya hay cien mil cántabros que tienen ese pase.
- Con el Centro Botín se crea un eje de espacios culturales singulares en todo el Cantábrico. ¿Prevén establecer acciones conjuntas?
-Efectivamente, siempre hemos hablado del fortalecimiento del eje de la cornisa cantábrica como turismo cultural y generar sinergias que sean positivas para todos y cuando los objetivos sean comunes establecer líneas concretas donde existan proyectos por los que apostar de forma conjunta.
- ¿El Centro Botín es ante todo un lugar expositivo?
-Es un centro de arte que quiere ser una referencia internacional en el circuito de los centros europeos de arte contemporáneo.
- ¿Es también un motor económico para la región?
-Absolutamente. De hecho, el objetivo en esa misión social es generar desarrollo económico, cultural y humano, ya sea por la vía de turismo cultural, por la atracción que puede tener Santander, o por el desarrollo local de las propias personas, que son visitantes y que viven en Santander.
- Tras la euforia de los primeros meses, ¿cómo serán los próximos?
-Es un centro que no parte de la nada, une las áreas de arte, cultura y educación de la Fundación Botín, institución con 50 años de trayectoria. El Centro Botín permitirá proyectar más el programa, que intentamos llevarlo a más público.
