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Regreso al futuro

Quince años después, "resucitó"

Logran devolver la consciencia a un paciente que permaneció en estado vegetativo tres lustros

La doctora Angela Sirigu. NEW SCIENTIST

Hay cantautores que levantan el espíritu y otros que, directamente, resucitan el cuerpo. Esa debe ser la propiedad que tienen las canciones del cantante, compositor y pianista frances Jean-Jaques Goldman. El caso es que en el Instituto de Ciencias Cognitivas Marc Jeannerod de Lyon, Francia, le pusieron música de ese autor a un paciente de 35 años que llevaba nada menos que 15 años en estado vegetativo tras sufrir un accidente de coche que le causó un daño cerebral grave. Hasta la fecha, se suponía que si una persona permanecía en estado vegetal más de doce meses era imposible devolverle a la vida consciente. Pero entonces la doctora Angela Sirigu, jefa del equipo que trataba al hombre, vio que aquel ser vivo pero sin vida tenía lágrimas en los ojos. "¿Qué podemos decir? Podemos concluir que se produjo una reacción emocional", declara Sirigu a la revista "New Scientist".

¿Fue el cantautor? Obviamente no. Aquel paciente dado por casi muerto que parecía emocionarse con la música de su intérprete favorito llevaba un mes con un pequeño implante alrededor del cuello que estimulaba eléctricamente el nervio vago, ese que se extiende desde el bulbo raquídeo a las cavidades del tórax y del abdomen. Es un nervio capital a la hora de determinar el estado de vigilia y alerta. Según informa la agencia Sinc, aunque se desconoce el mecanismo por el que se modula la actividad eléctrica cerebral, la estimulación de este nervio se ha utilizado en tratamientos para la epilepsia y la depresión. En este caso la estimulación vagal consiguió "resucitar" a quien durante tres lustros permaneció muerto en vida.

Cuenta la doctora Sirigu, para quien el paciente se ha convertido en "nuestro bebé", que antes de serle colocado el implante (20 minutos de cirugía) el hombre no respondía a estímulos y sus ojos estaban cerrados la mayor parte del día. Tras comenzar el estímulo comenzó a abrir los ojos con más frecuencia. Al mes, la mejoría se estabilizó. "Sus ojos se movían como si quisiera seguirme", dice Sirigu. Pronto empezó a responder a instrucciones. Cuando le leían "sus ojos permanecían abiertos y orientados". Aún no habla, pero responde.

Este hallazgo plantea algunos "problemas éticos apremiantes", declara a "The Guardian" Niels Birbaumer, de la Universidad de Tubinga, pionero en las interfaces entre cerebro y máquina: "Este estudio es una advertencia para todos aquellas creen que el estado comatoso es irreversible después de un año. Muchos de estos pacientes pueden ser, y están siendo, descuidados y la eutanasia pasiva se produce a menudo en un estado vegetativo".

La doctora Sirigu subraya que lo más importante es que la estimulación del nervio vago en este paciente muestra cambios importantes de reactivación en la actividad cerebral. "La reparación del cerebro todavía es posible incluso cuando la esperanza parece haber desaparecido, pero se necesitan más trabajos para acelerar ese proceso", añade.

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