El equipo de la película "Toc Toc", versión cinematográfica de la exitosa obra de teatro del mismo nombre, ha coincidido hoy en valorar el humor como "un arma muy poderosa" para "tomar distancia" y ver otro modo de resolver los conflictos, por graves que estos sean.

"Siempre que eres capaz de reírte de cualquier cosa es un éxito, porque significa que eres capaz de analizar una misma realidad con otra perspectiva mucho más inteligente", ha considerado la actriz Alexandra Jiménez, profundizando en la idea de que la situación política que vive el país tras la celebración de un referéndum en Cataluña podría requerir un cambio de perspectiva.

"El sentido del humor es un arma muy poderosa, y es verdad que cuando un conflicto está en plena efervescencia es muy difícil coger distancia, porque puedes herir sensibilidades, pero una vez que se puede (coger distancia), creo que es muy sano reirse. Y ahora -ha considerado Rossy de Palma- la cosa está así, efervescente".

Jiménez, De Palma, Paco León, Adrián Lastra y Nuria Herrero, junto al director y guionista Vicente Villanueva, charlaron hoy con Efe sobre la película, que llegará a los cines el próximo viernes 6 de octubre.

"Esa es también la importancia del cine, que te permite ver las cosas desde la distancia, porque muchas veces, cuando estás absolutamente dentro, no puedes ver con claridad", ha añadido Jiménez, quien opina que a los políticos españoles "tal vez, lo que les falta es sentido del humor".

Con la comedia como bálsamo para cualquier cosa, el equipo de "Toc Toc" certifica que la risa "tiene como primera consecuencia la empatía, y de eso sí que hace falta mucho en este país", abunda Paco León.

Los actores interpretan a un grupo de pacientes que se reúnen en la consulta de un afamado psiquiatra con la intención de que sus métodos revolucionarios consigan ayudarles con sus Trastornos Obsesivos Compulsivos (TOC) que les impiden llevar una vida normalizada.

La película conserva el mismo título del éxito teatral, "Toc Toc", y también el mensaje, pero "la obra es más clown, más exagerada o más hacia afuera, y la película se acerca más a los personajes, les vemos en pequeñas pinceladas también fuera de la consulta", explica el director a Efe.

De ese modo, apunta, el guion "desarrolla más la parte de la búsqueda de terapia y la importancia del respeto entre ellos así como la diferencia de sus síndromes con la locura; desdramatiza el TOC y entiende a la gente que lo sufre; normaliza mucho", considera Villanueva.

Rossy De Palma entiende que los comportamientos de los personajes provoquen carcajadas, porque "el ridículo existe", dice, aunque cita a Pessoa para puntualizar que "el ridículo sólo existe para los demás, siempre que ellos lo quieran", sin olvidar, dice, "que hablamos de un trastorno real, y eso necesita una terapia".

La musa de Pedro Almodóvar es aquí Ana María, que sufre la obsesión de la verificación "sumada a un catolicismo exacerbado"; junto a ella, la impecable y totalmente vestida de blanco Blanca (Jiménez), cuyo problema es la higiene y las bacterias.

Paco León es Emilio, que sufre aritmomanía, "o sea que no puede hacer las cosas sin hacer cálculos sobre ellas, y también un poco de síndrome de Diógenes"; Adrián Lastra, un histérico de la simetría y el orden que no puede pisar las rayas del suelo, y Nuria Herrero, una monitora de gimnasia que repite las cosas.

Y, por último, un hombre encantador que no puede evitar insultar y blasfemar en cuanto se descuida, interpretado por el multipremiado actor argentino Oscar Martínez ("El ciudadano ilustre").

"Lo más grande de esta película -considera León- es que es para un público muy amplio", a lo que Villanueva agrega que a los niños que han vista la película les ha encantado, porque "descubren a los personajes como un juego".