Los científicos estadounidenses Rainer Weiss, Barry C. Barish y Kip S. Thorne fueron galardonados hoy con el Premio Nobel de Física 2017 por su "decisiva contribución al detector LIGO y la observación de las ondas gravitacionales", anunció la Real Academia Sueca de las Ciencias. La trayectoria delos tres fue reconocida con el Premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica el pasado 14 de junio de 2017.

Los tres galardonados, explica el fallo del premio Nobel, han contribuido "con su entusiasmo y determinación" de forma "inestimable" a poner en marcha el Observatorio de Ondas Gravitacionales por Interferometría Láser (LIGO), la iniciativa que detectó por primera vez esas ondas.

Tras "cuatro décadas de esfuerzos", este proyecto en el que colaboran unos mil científicos de una veintena de países, fue el que detectó por primera vez, el 14 de septiembre de 2015, este fenómeno cósmico que Albert Einstein había predicho un siglo antes en su Teoría General de la Relatividad.

Esa vibración, que llegó a la Tierra de forma "extremadamente débil", provenía de la colisión de dos agujeros negros, sucedida hace 1.300 millones de años, explica el jurado.

Su medición "es ya una prometedora revolución en la astrofísica", argumenta el comunicado de prensa de la academia.

Weiss recibirá la mitad del premio en metálico de este Nobel y sus dos colegas compartirán el resto.

El jurado del Premio Princesa de Asturias acordó en junio concederles el galardón, junto a la Colaboración Científica LIGO, por “la detección directa de las ondas gravitacionales, ondulaciones del espacio-tiempo anticipadas por Albert Einstein en su Teoría de la Relatividad General hace ahora un siglo. Este logro responde a uno de los desafíos más importantes de la física en toda su historia.

El premio reconoce el talento individual y la obra colectiva de más de mil investigadores de un centenar de instituciones de dieciocho países.

El proyecto LIGO supone un reto tecnológico de primera magnitud. La extraordinaria precisión alcanzada por sus instrumentos ha permitido observar colisiones de agujeros negros muy masivos que ocurrieron hace más de mil millones de años. La detección de ondas gravitacionales abre una nueva ventana para el estudio del universo, que permitirá descubrir nuevos fenómenos y alcanzar regiones del espacio-tiempo no accesibles con las técnicas actuales”, tal y como señalaba el acta.

Weiss, Thorne y Barsih trabajan en la Colaboración Científica LIGO y VIRGO, que une a los detectores del LIGO localizados en Livingston (Louisiana) y Hanford (Washington) y el detector franco-italiano VIRGO, localizado cerca de Pisa (Italia)

Rainer Weiss, que nació en Berlín en 1932, ejerce en el Instituto de Tecnológico de Massachusetts (MIT); mientras que Barry Barish, nacido en Omaha (Estados Unidos) en 1936, trabaja en el Instituto de Tecnología de California (Caltech) junto a su colega Kip S. Thorpe, nacido en Logan (Estados Unidos) en 1949.

El año pasado, la Real Academia Sueca de las Ciencias distinguió con el Nobel de Física a los británicos David Thouless, Duncan Haldane y Michael Kosterlitz, por descubrir estados poco usuales de la materia que abrieron la vía al desarrollo de materiales innovadores.

La dotación del premio es de 9 millones de coronas suecas (1,1 millones de dólares), después de que este año la Fundación aumentara el monto de las distinciones Nobel por primera vez en cinco años.

La semana Nobel arrancó ayer con la concesión del premio de Medicina a los estadounidenses Jeffrey C. Hall, Michael Rosbash y Michael W. Young por sus investigaciones sobre el "reloj biológico".

Tras el anuncio de hoy, este miércoles se conocerá al ganador o ganadores del Nobel de Química, el jueves, el de Literatura; el viernes, el de la Paz; y el de Economía, el lunes siguiente.

Todos los premios se dan a conocer en Estocolmo, a excepción del de la Paz, que se falla y entrega en Oslo por deseo expreso del fundador de los premios, el magnate sueco Alfred Nobel (1833-1896), ya que Noruega formaba entonces parte del Reino de Suecia.

Los premios son entregados el 10 de diciembre, coincidiendo con el aniversario de la muerte de Nobel, en una doble ceremonia en el Konserthus de Estocolmo y en el Ayuntamiento de Oslo.