Igual que no se enseña a los invitados el cubo de basura, los fotógrafos debían guardar para sí las hojas de contacto de las que elegían la imagen que publicarían. Algunas icónicas, como las de las revueltas del 68, se exponen desde mañana, jueves, en la Fundación Canal de Isabel II junto a su "trastienda".

"Magnum expone los entresijos de algunas de las imágenes más impactantes de la agencia fotográfica Magnum a través de sus hojas de contacto, es decir, las primeras impresiones de los negativos que hacían los fotógrafos para escoger la mejor.

El fundador de la agencia, Henri Cartier-Bresson, consideraba que esos contactos eran documentos internos, material de trabajo que no se debía enseñar: "igual que en un banquete -comparaba- no se enseña a los invitados las cacerolas o los cubos de basura".

"Es una exposición imprescindible que abarca, prácticamente, 70 años de historia del mundo y que recupera la memoria de espacios temporales tan complejos como el de las Torres Gemelas. Magnum revolucionó el mundo del periodismo y reivindicó el trabajo de los profesionales", ha señalado en la presentación el consejero de Cultura de la comunidad de Madrid, Jaime de los Santos.

La exposición reúne 94 imágenes tomadas entre 1933 y 2010 con sus respectivas hojas de contacto, "documentos íntimos y secretos" que permiten al espectador "entender quiénes son y cómo trabajaban los fotógrafos", ha explicado hoy durante la presentación de la muestra, Emmanuelle Hascoët, directora de exposiciones de Magnum.

En la muestra, organizada de forma cronológica, se pueden ver fotografías de Robert Capa, Bruno Barbey, Eve Arnold, Inge Morath, Steve McCurry y la española Cristina García Rodero, entre otros, en formatos analógicos como 35 mm o las más modernas imágenes panorámicas a gran formato.

El recorrido comienza con imágenes de los pioneros de Magnum Photos -creada en 1947-, es decir, Cartier-Bresson, Capa, David Seymour, George Rodger y Bill Vandivert, que conservaban los negativos de sus imágenes y con ellos los derechos sobre las fotos que vendían.

Cada hoja de contacto aparece dispuesta como si se tratara de un laboratorio de fotografía, junto a una lupa para que el espectador pueda observar con atención cada imagen, las tachaduras y datos anotados por el profesional, la impresión original y una leyenda con el testimonio de cada artista sobre el contexto de su obra.

Así, se puede hacer un recorrido por momentos históricos como el desembarco de Normandía fotografiado por Robert Capa, en 1944; las revueltas en París en mayo del 68 en la lente de Bruno Barbey; las protestas en la Plaza de Tiananmen, capturadas por Stuart Franklin en 1989, y el atentado a las Torres Gemelas visto por Thomas Hoepker.

También se pueden ver a personajes como Beatles, Margaret Thatcher, Richard Nixon, Malcolm X, Salvador Dalí, Matin Luther King y al Che Guevara fumando un puro.

A través de las imágenes puede verse un cambio en el estilo del fotoperiodismo, que en los años setenta y ochenta pasa a involucrar no solo el cubrimiento de conflictos mundiales, sino también la fotografía de calle, los trabajos de moda o la documentación social, mientras en los noventa, ha explicado Hascoët, hay "una visión de autor cada vez más íntimo, único y experimental".

Ya en 2000, gracias al crecimiento de las tecnologías digitales, las hojas de contacto pasan a convertirse en "reliquias del pasado" que, si bien no son necesarias, perviven en el trabajo de algunos fotógrafos presentes en la muestra como Chrisopher Anderson, David Allan Harvey, Alec Soth y Thomas Dworzark.