Parece que últimamente si no sufres filtraciones, spoilers o hackeos no eres nadie en el mundo de la televisión o el cine. "Operación Triunfo", que vuelve este mes a Televisión Española trece años después de su última emisión en la cadena pública, no ha querido ser menos y ya ha sido víctima de su primer "fallo" informático. Esta semana, un supuesto error en la app del programa hacía visibles los rostros de los 18 concursantes de la primera gala de esta "nueva versión 2017" del programa. Como suele ocurrir en estos casos, la noticia de la filtración ha corrido como la pólvora y ha vuelto a poner a "Operación Triunfo" en boca de todos a pocos días de su estreno, ¿casualidad? No lo creo.
Las reacciones, tomándose la filtración a broma del productor Tinet Rubira y de su nuevo presentador, Roberto Leal, dejan claro que el supuesto fallo no ha producido ningún daño al formato. Puede que todo lo contrario. El programa va a necesitar mucha promoción y polémica si finalmente se enfrenta a "La que se avecina" en la noche de los miércoles. La comedia de los hermanos Caballero en Telecinco no ha encontrado todavía quien le haga frente con las audiencias, y parece complicado que lo vaya a conseguir la resurrección de "OT" en la época del los talents musicales. Parece complicado que un lavado de cara mantenga su eficacia más allá de la primera gala, pero habrá que esperar.
Quizás la nostalgia consiga hacer mella en la audiencia. Por el momento, TVE está consiguiendo mantener a flote a su buque insignia, "Masterchef Celebrity". Las andanzas de los famosos en los fogones entre gritos y críticas del jurado siguen encandilando a la audiencia. La expulsión de Silvia Abril el pasado miércoles fue un verdadero palo para muchos de los seguidores del programa, pero no parece suficiente para modificar exitosa trayectoria del programa.
La semana, con una programación minada de especiales sobre Cataluña, ha dejado algunas sorpresas. Además de demostrar que el matrimonio Ferreras-Pastor podría estar 24 horas seguidas en antena, Telecinco ha vivido su primera alegría con "Gran Hermano Revolution". El jueves, Día de la Hispanidad, el programa conseguía crecer medio punto y liderar la noche por encima del 15% de share. En otro contexto sería para echarse a llorar, pero ahora mismo es entendible que la cadena lo vea como un éxito. Telecinco sabe perfectamente que algo no funciona este año con "Gran Hermano" y por ello ha relegado el debate dominical, conducido por Jordi González, al "late night". Son malos tiempos para el reality.
