Emoción, nervios y pajaritas negras. Medio millar de niños esperaban impacientes para encontrarse con "Luthiers" después de que la Fundación decidiera suspender el acto el pasado lunes debido a la nube de ceniza. "Esto no es una actuación pero es el acto más bonito en el que hemos estado", aseguraron los cómicos argentinos, que no perdieron la oportunidad de inmortalizar con sus móviles cada uno de los momentos que se vivieron a lo largo de la mañana.

En la visita al colegio el Condado de Noreña, los Luthiers pudieron ver algunos de los instrumentos "informales" ideados por los niños. Entre estos objetos estaba el sidrófono diseñado por Cristian Ortea, de diez años "me dijeron que les había gustado mucho, estaba muy nervioso porque los Luthiers me gustan desde que era pequeño". Desde hoy el aula de música del colegio se llama Mastropiero en honor al compositor musical ideado por el grupo argentino.

Ya en el patio los Luthiers contestaron a algunas de las preguntas lanzadas por los más pequeños y se llevaron como recuerdo un listado con el inventario de palabras elaborado por los escolares.