Barry C. Barish , premio Nobel de Física y "Princesa de Asturias" de Investigación Científica y Técnica junto a los también físicos Rainer Weiss y Kip S. Thorne vaticinó ayer en la Facultad de Ciencias de Oviedo que el desarrollo de la tecnología permitirá realizar "una gran Ciencia, tremendas simulaciones, algo muy sofisticado". Ante un público mayoritariamente universitario, distribuido en dos salas por problemas de aforo, Barish aseguró que se llegará a diseñar "el detector de tercera generación en los próximos tres o cinco años". Ese avance permitirá captar treinta veces más eventos que actualmente, "y hacerlo con mayor resolución", anunció tras referirse a uno de los acontecimientos que les han llevado este año a convertirse en los físicos más laureados del planeta, al concretarse el descubrimiento de las ondas gravitaciones resultantes de la colisión de dos estrellas de neutrones.

A Barish le escuchaban alumnos y docentes entusiasmados y una orgullosa cúpula de la Universidad de Oviedo, encabezada por el rector, Santiago García Granda y los vicerrectores José Ramón Obeso y Elisa Miguélez. La presencia de los tres físicos junto a la representante de la colaboración LIGO, Laura Cadonati, causó furor en el centro. Además de llenar dos aulas con más de 250 alumnos, fue tal el éxito de los galardonados que los solemnes invitados, tras realizar un repaso sobre su hallazgo en torno a las ondulaciones del espacio-tiempo anticipadas por Albert Einstein, fueron agasajados con un culín de sidra "gravitacional". El profesor Luigi Toffolatti, vicedecano de la Facultad, ejerció como intérprete para explicar a los premiados la relación que el escanciado guarda con la ley de la gravedad y con la mejora de las propiedades de la emblemática bebida. La sidra bautizada como "gravitacional" fue etiquetada para la ocasión por el llagar "La Morena" de Siero. Formaba parte de una de sus remesas del caldo acogido a la Denominación de Origen Protegida (DOP) bajo la marca "Prado y Pedregal". Como echadores, dos de los mejores escanciadores de Asturias, Jonathan Trabanco y Jeison Franco. "Es una bebida especial", explicó el Rector mientras caían los primeros "culetes". Barish y Thorne cumplieron con la tradición de beber de un trago la sidra. Weiss y Cadonati prefirieron tomárselo con más calma y disfrutar de la gaita que acompañó la improvisada espicha.

Para los estudiantes que siguieron el coloquio esperaban decenas de botellas más. Algo inédito en el día a día de la Facultad. Y la sidra corrió con gusto para festejar la visita de los galardonados con el "Princesa de Asturias" de Investigación Científica y Técnica. Los protagonistas de la jornada se despidieron con una gran ovación. Todos querían hacerse un "selfie" con ellos. Incluso algunos profesores pidieron tomarse una foto con los físicos de referencia del último siglo que firman los manuales que guardan en la biblioteca de la Facultad.

Uno de los futuros avances que vaticinó Barish consistirá en "ver el efecto de las ondas gravitacionales sobre el universo primigenio, para situarse todavía más cerca de lo que se ha llegada hasta ahora al momento del Big Bang. "Y todo ello gracias a la técnica de la interferometría láser", especificó Barish. Según el Nobel de Física, el siguiente paso será el proyecto de la Agencia Europea del Espacio para trabajar en el ámbito extraplanetario, "aunque sigamos trabajando también desde la Tierra", precisó. El LISA [satélite gestionado por la NASA] se lanzará en 2030-2035. Entonces llegará una nueva oportunidad para que "veamos cosas que no esperábamos y aprendamos algo muy distinto detectando nuevas señales", continuó Weiss. "La tecnología moderna es la clave", precisó Barish. Por su parte, Laura Cadonati detalló que con los últimos avances "se puede ir con más precisión a la fuente de la onda gravitacional". Desde su punto de vista, es fundamental el trabajo conjunto de expertos en disciplinas como la astrofísica, la astronomía o la física nuclear para tratar de comprender más a fondo todos los fenómenos observados en el universo. "Llegaremos a crear modelos que se podrán tocar", avanzó. "La idea dorada", continuó Barish, "será acercarse más al momento del Big Bang" pues las ondas gravitacionales ya estaban en los primeros momentos de nacimiento del universo, según Thorne.

Los cuatro protagonistas del acto de ayer estamparon sus rúbricas en una lámina que representa su hallazgo científico, inmortalizando así este histórico encuentro en la Facultad, de manera similar a como lo hicieran los Premios "Príncipe de Asturias" de Investigación Científica y Técnica 2013, Peter Higgs y François Englert, galardonados también con el Nobel de Física, y Sergio Bertolucci, director de investigación del CERN. "La gente estaba entusiasmada", mencionó el decano de la Facultad, José Manuel Noriega. Después repitieron idéntica operación en una pizarra situada las puertas de la Facultad. Allí fueron obsequiados con el libro sobre la historia del edificio histórico de la Universidad, que les entregó el Rector. Antes tuvieron la oportunidad de firmar en el libro de honor de la Facultad y en el de la propia Universidad. Agradecidos, estamparon una firma para la historia. "Son los segundos premios Nobel que nos visitan", planteaba el orgulloso Noriega. El vicedecano, Luigi Toffolatti, agradeció la visita de los hombres que han abierto las puertas a una nueva forma de contemplar la astrofísica.