Además de ingeniero aeronáutico y de haber sido el primer astronauta español, Pedro Duque forma parte del jurado de los premios "Princesa de Asturias" de Cooperación Internacional.
- En la Agencia Espacial Europea están trabajando en un detector de ondas gravitacionales en el espacio: el LISA. ¿Cuándo estará en órbita?
-Dentro de, por lo menos, siete años. Es un proyecto muy complicado. Hay que pensar que han tardado muchísimo más en hacer los detectores que están en tierra. Pero una vez que entre en funcionamiento, seguramente la física ya no será la misma, porque puede detectar cientos de ondas más que los de tierra.
- Desde el espacio, usted que ha estado allí, las fronteras no se distinguen. Ni siquiera en la Península Ibérica.
-No, no, por supuesto. Se distingue la capa vegetal: la Península Ibérica es inmensamente variada, en su color. Las fronteras que se ven desde el espacio suelen ser fronteras tristes porque son las fronteras en las cuales se ha hecho una raya arbitraria. A un lado hay gente con mayor poder adquisitivo y mayor tecnología. Y se ve a lo mejor mucho regadío, más aprovechamiento. Y luego, por la noche, más luz. Se ve que hay una diferencia entre las personas que la define una raya, lo que es bastante triste.
- El sueño de colonizar el sistema solar, ¿está más cerca?
-Sí, claro que sí. Todo esto requerirá un desarrollo tecnológico que requerirá un esfuerzo de trabajo de muchos ingenieros. Se trata de poner los recursos necesarios.
- A lo mejor, ahora que han constatado que el oro viene del espacio, quieren ir a buscarlo. Otra "fiebre del oro"?
-Eso es un desarrollo que podría ocurrir. Es posible, y de hecho existen varias empresas que pretenden desarrollar el negocio de explotación de la roca de los asteroides, el agua...
- ¿Cuál es la situación de la investigación en España?
-España tiene una asignatura pendiente importante: tiene que tomarse la decisión de a quién nos queremos parecer. Eso está muy muy relacionado con cuánto de nuestro gasto público utilizamos en investigación y desarrollo. España está a un tercio de lo que hacen otros países a los que nos queremos parecer.
