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Pasajeros de altos vuelos

La llegada de los invitados y personalidades asistentes a la entrega de los Premios aumenta un 83% la cifra ordinaria de operaciones del aeropuerto

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Llegada a Asturias de invitados a los premios "Princesa de Asturias" 2017

Una jornada como la de ayer, día de entrega de los premios "Princesa de Asturias", solía ser hasta hace unos años el día de mayor exigencia operativa y laboral en el aeropuerto de Santiago del Monte, la puerta de llegada a la región de las decenas de autoridades, personalidades, miembros de los jurados e invitados institucionales que acuden a la gala del Campoamor. Ya no. Ahora el día punta por excelencia del año coincide con la celebración en Gijón del Festival Aéreo y se suele saldar con unas 110 operaciones. Incluso este verano hubo una jornada "de locura" con bastantes más pasajeros que ayer: el 1 de septiembre, con 6.000 usuarios y más de 70 operaciones.

El de ayer, no obstante, fue un día con mucha miga en el aeropuerto asturiano: las 53 operaciones previstas (una veintena de ellas mismas correspondientes a aeronaves privadas o de carácter militar) suponen un 83 por ciento más que las registradas otro viernes ordinario. Además, la tensión por la importancia de los pasajeros que desembarcan en el aeródromo es palpable en el ambiente y las ganas de que todo vaya como la seda, una consigna generalizada entre los trabajadores. Y es que no todos los días se tiene en casa, y a la vez, a la Reina Sofía, al Presidente del Parlamento Europeo, Antonio Tajani; al Presidente del Gobierno, Mariano Rajoy; y a un largo elenco de personalidades europeas y nacionales.

"Hoy no hay horario que valga; es un día en el que tengo que dar muchas veces la mano", comenta en una pausa de su apretada agenda el director del Aeropuerto de Asturias, Carlos San Martín, que tal día como ayer anda con una pierna en su despacho y con otra en la sala de autoridades, donde se produce el primer contacto entre los ilustres pasajeros y el Principado. "Tratamos de ser corteses con los recién llegados, atender alguna necesidad que expongan, satisfacer alguna curiosidad si la tienen y ponerlos en contacto con la gente de la Fundación, que es la encargada de llevarlos a Oviedo", explica San Martín. La sala de autoridades también es el sitio donde los premiados estampan su firma -en algunos casos con elogiosas dedicatorias- en el libro de honor del aeropuerto, que ya va por su segundo tomo.

"Por lo que más preguntan los recién llegados es por la previsión meteorológica y cuando, como hoy, el tiempo es bueno suelen expresar contrariedad por los abrigos transportados y que seguramente no tendrán que ponerse", comenta una de las empleada de la Fundación "Princesa de Asturias". La segunda pregunta tópica suele ser por lugares donde comer. Este año, sin embargo, el segundo mayor tema de interés, según el personal de la Fundación, ha sido "la situación en Cataluña".

Donde más se nota la alta exigencia aeronáutica de los premios "Princesa de Asturias" es en la plataforma de estacionamiento de aeronaves privadas, jets y aerotaxis. Los empleados de la empresa adjudicataria del servicio de asistencia a estas aeronaves, United Aviation, presente en Asturias desde hace dos décadas, cifraron en 14 el número de operaciones previstas para ayer. "De todo modos, es un año que está por debajo de la media", señalaron. Es decir, la inmensa mayoría de los invitados a la gala de los Premios viajaron en líneas regulares.

Y vigilando cada rincón del aeropuerto, un centenar de agentes de la Guardia Civil y de la Policía Nacional. El dispositivo, en absoluto discreto, incluyó desde hombres apostados en puntos elevados a especialistas en desactivación de artefactos explosivos (Tedax). Sólo la compañía comarcal de la Benemérita movilizó ayer a 120 agentes en tres turnos. Un despliegue a la altura de un pasaje de tan altos vuelos.

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