La mirada rebelde de Robert Frank Robert Frankcambió la forma de ver el Estados Unidos de posguerra con un viaje que retrató el racismo, la violencia y la pobreza detrás del sueño americano. La galería Albertina de Viena muestra a partir de mañana una retrospectiva del "Jack Kerouac de la fotografía".

La Albertina recoge un centenar de imágenes, libros, negativos y vídeos para presentar al visitante la compleja figura de Robert Frank (Zúrich, 1924) que, poco a poco, abandonó las convenciones formales para poner el foco en la expresividad y el relato interno de la imagen.

Frank revolucionó la fotografía en los años cincuenta al fijar su interés en lo marginal, en aquellos que vivían al margen de la sociedad y en los conflictos que nadie capturaba.

La muestra, que estará abierta hasta el 21 de enero, hace un recorrido por la evolución del autor desde sus primeras imágenes tomadas en viajes por Europa, su travesía por la 'América profunda' y sus trabajos más introspectivos tras la muerte de su hija en un accidente de avión.

El eje central de la muestra es "The Americans", que recoge instantáneas tomadas en varios viajes por carretera a través de Estados Unidos entre 1955 y 1957.

"The Americans" es una cruda representación en blanco y negro de la sociedad estadounidense de la posguerra. Frank resquebraja el ideal del 'American way of life' y deja a la vista su cara más oscura, plagada de violencia, racismo y pobreza.

Frank hizo más de 27.000 retratos, de los cuales solo 83 fueron seleccionados para un mítico libro que editó en 1959 con un prologo del escritor "beat" Jack Kerouac.

Esa obra es una referencia de la fotografía documental del siglo XX y convirtió a Frank en un icono.

El comisario de la muestra, Walter Moser, recordó hoy que uno de los secretos del fotógrafo era su búsqueda de perfección y su enorme autocrítica.

La separación racial en un autobús, una niñera negra con un bebé blanco en brazos o una mujer afroamericana en el campo se convierten en los protagonistas de la obra de Frank en un momento en el que la segregación por el color de la piel todavía era legal.

Los símbolos estadounidenses, como la bandera, pierden el patriotismo para adquirir un carácter reivindicativo cuando los que la sujetan son los marginados de la sociedad. Ellos representan la otra realidad tras el 'sueño americano'.

La visión melancólica y desgarrada de la América profunda causó conmoción en su época y una oleada de críticas, pero ahora forma parte del propio imaginario de EEUU.

La exposición también muestra otras facetas del artista, con fragmentos de sus primeras obras en las que el joven fotógrafo intercalaba los trabajos para grandes cabeceras como Harper's Bazaar con la búsqueda de su propia visión.

París y Londres son algunos de los lugares que ayudaron a moldear a Frank, donde fue dejando a un lado la composición y los cánones de principios de siglo para dar paso a las emociones y el relato interno de la imagen.

La obra de Robert Frank volvió a dar un giro a finales de los sesenta cuando su hija murió en un accidente de avión y diagnostican la esquizofrenia de su hijo.

Esos golpes vitales dieron paso a una etapa donde la crítica a sus grandes obras, la edición y el montaje jugaron un papel fundamental.

La exposición también incluye pequeños fragmentos de vídeo, cuyo análisis en profundidad se hará en un ciclo en el Filmmuseum entre el 10 y el 27 de noviembre.