En 2011 sentaron cátedra con Crematorio, una serie que con el paso del tiempo se ha convertido en objeto de culto y, para muchos, en el punto de partida de todo un concepto televisivo en Espala: el de ficciones de calidad que nada tienen que envidiar al celuloide. Ahora, los hermanos Sánchez-Cabezudo (Jorge y Alberto) cambian la costa levantina y las mafias de la construcción por el norte de España y un desastroso accidente nuclear. La Zona llega a Movistar+ este viernes y sus creadores hablan ilusionados de una ficción que "requiere atención pero engancha a la vez".

"Creo que hemos conseguido una progresión; a medida que avanzan los capítulos la serie va subiendo en intensidad", asegura Alberto sobre una historia que, al menos de inicio, podría catalogarse como "thriller policiaco". Sin embargo, la pareja de directores advierte de que su idea va más allá: "Queríamos contar algo con muchos giros, flecos y tramas que plantear y varias capas de lectura: empezando por el thriller clásico, que atrae al espectador, pero también es una metáfora de la crisis, con la configuración social que queda después de la tragedia".

"Este universo tiene un poco estructura de 'road movie', y eso nos permite no recurrir a los mismos decorados y ampliar el universo para que toda la temporada sea un poco esa radiografía de una España después de una tragedia nuclear", destaca Alberto. Y para dar realismo a este drama, el equipo de La Zona se ha valido de hasta 160 escenarios exteriores en los que han participado 140 actores repartidos en dos unidades de grabación.

"El plan de trabajo ha sido muy ambicioso y muy complejo", reconoce Jorge mientras destaca la labor del elenco, especialmente la del actor protagonista: "¿Qué te ha contado Eduard? `Acabó fundido!", enfatiza el director. "La verdad es que fueron sitios muy incómodos de rodar: lugares sucios, abandonados. Hemos pisado todos los charcos posibles: hemos rodado con lobos, con lluvia, disparos, explosiones. Y a eso hay que sumar el desgaste emocional, porque el papel de Eduard interpretativamente era terriblemente exigente".

Una vez queda claro que el personaje de Héctor es el hilo conductor, los directores -también productores esta vez- no dejan de hacer hincapié en la capacidad coral de La Zona. "Todos los personajes tienen un momento en que la resolución de la trama reposa sobre sus espaldas", señala Alberto, mientras Jorge profundiza en el carácter "contradictorio" de cada uno de ellos: "El tema era jugar los grises y nunca los blancos y negros. La confluencia de los personajes genera paradojas pero a la vez cada uno tiene las suyas propias. El ser humano se define más en sus contradicciones que en sus convicciones".

En definitiva, La Zona versa sobre unos personajes con cientos de aristas y que se enfrentan continuamente a sentimientos tan potentes como la ira, la frustración, la culpa o el sentido del deber. Sentimientos que, en situación extrema, tienden a explotar. "El desastre nuclear es una metralleta dramática que pone a todos los personajes en dilemas morales muy serios", reconoce Alberto a este respecto.

"Después de haber hecho Crematorio teníamos muchas ganas de poder hacer una serie con recorrido y por las dos partes hay muchas ganas de hacerlo". Los hermanos Sánchez-Cabezudo están seguros de la continuidad de La Zona en su actual casa, Movistar+: "Hemos encontrado el sitio perfecto para contar lo que queremos contar". Además, ambos reconocen su implicación por un modelo de ficción que seguramente ha marcado un antes y un después en la televisión española.

"Nuestra implicación es total por un modelo que nos gusta y que nos han dado la posibilidad de poner en práctica", explica Alberto. Y aunque ambos reconocen que costó que esa idea de producto arraigase en el espectador, "resulta obvio que el espectador cada día es más adulto en cualquier plataforma y en cualquier canal. Este tipo de ficción, más adulta y compleja, ha llegado para quedarse". En cuanto a La Zona, y para terminar, lanzan un mensaje a los espectadores: "Si se dejan llevar, esta serie les llevará a sitios donde no esperaban acabar".