Que nuestro país está aquejado de una extraña pulsión de autodestrucción vuelve a quedar reflejado en el nuevo episodio de maltrato que TVE ha infligido a "El Ministerio del Tiempo". Hace falta un psicoanalista para entenderlo: una serie deliciosa, de temática histórica, de encaje exacto en el perfil de una televisión pública, cuyas tramas enganchan a gente joven, que consigue no ser antipatriótica sin por ello ser patriótica -difícil equilibrio-, muy bien escrita, bien interpretada, dirigida con una frescura sabia y comiquera, se ningunea, se estrena en los peores meses, no se promociona en condiciones, se le niega una financiación adecuada, y, ya esta misma semana, se mueve a la dificilísima noche de los miércoles para sustituirla los lunes por una nadería hueca como "Operación Triunfo". Una serie cuyo personaje principal es España, una España que da gusto verla, maltratada por Televisión Española.
Este asunto, no exagero, debería tener dimensión política. Mariano Rajoy debería coger el teléfono, llamar al Director General de TVE y ordenarle que "El Ministerio del Tiempo" vuelva inmediatamente al lunes y OT sea la que compita el miércoles contra "Mi casa es la tuya" y "Tiempos de guerra". Por altas razones de Estado. Antes de intervenir TV3 convendría intervenir TVE para que la España que muestra se parezca más a Antonio Machado que a Shakira. En octubre de 2017, ¿cómo es posible que la televisión pública española dé prioridad a pijoschonis cantando guachiguachi antes que a un lujazo de aventuras en las que participan Lope de Vega o Dalí? Repitan conmigo: te-le-vi-sión pú-bli-ca, ca-ra-jo. ¿Se imaginan el mimo y las subvenciones con las que cuidarían a una serie semejante en otras cadenas autonómicas -estoy pensando en las que están pensando ustedes-, si diera el mismo trato cariñoso a la historia de sus respectivos ámbitos territoriales? ¿Alguien se imagina a "El ministeri del temps" ninguneado, maltratado y siendo finalmente relegado por "Operació Triomf"? Rajoy, llama.
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