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Petra Delicado vuelve a la acción

La comisaria creada por Giménez Bartlett afronta su décimo caso en "Mi querido asesino en serie"

18,50 euros

Buenas noticias: Petra Delicado ha vuelto. Mi querido asesino en serie es el décimo caso de la comisaria creada por Alicia Giménez Bartlett. Una mujer de mediana edad ha sido asesinada con una brutalidad acongojante. En el cuerpo, una carta de amor despechado. Horror, locura, soledad, intriga... y humor. Un cóctel irresistible que la autora prepara con habilidad e inteligencia admirables. Es curioso: su llegada al género negro no fue una primera elección. Ella misma nos los cuenta: "Hace ya un montón de años (ni siquiera me atrevo a contarlos) que vengo publicando libros con cambiante periodicidad. Hace más años que los escribía ya, pero afortunadamente nunca se me ocurrió pasárselos a ningún editor, porque ahora me parecen horribles. Empecé con novelas de las que pueden llamarse 'convencionales', 'literarias', 'sin género' o 'blancas', en contraposición a la 'novela negra'. Luego me adentré en la novela negra o 'de género' con sus asesinatos y sus investigaciones, siempre de la mano de la inspectora Petra Delicado: 'No muy fea, nada católica y escasamente sentimental'. A partir de ese momento he ido alternando género y no género sin que se derrumbaran las columnas del templo ni sonaran las trompetas de la destrucción en mi entorno".

Sabe que "una gran batalla de muchos colegas que están en mis mismas circunstancias es la de luchar contra el encasillamiento, pero ese es un ejército en el que nunca me enrolaré. Básicamente me da igual que me encasillen como 'autora criminal'. A menudo se nos olvida que un escritor escribe lo que escribe no para que lo alaben o lo pongan en una u otra estantería de la gloria literaria, sino porque cree que es así como debe escribir. Yo he escrito lo que he querido y cuando he querido. Los dioses han sido benévolos conmigo, he de reconocerlo. Quizá por eso soy capaz de opinar sobre la novela negra y la blanca con cierta equidistancia y desafección". Atención, palabras mayores: "Les diré para empezar que cualquier novela, sea del color que sea, tiene que tener la ambición de estar bien escrita: fuera modas, fuera preciosismos innecesarios, fuera imitaciones, fuera estilo precipitado o ramplón. Después pasaré a las confidencias: es más fácil para mí llevar a término un libro policial que otro sin género. La ficción criminal tiene unas ciertas normas que señalan un camino, mientras que la ficción abierta te hace enfrentarte una y otra vez al mar, donde según Machado, no hay caminos sino estelas, que obviamente, son difíciles de seguir. En cada nueva novela sin género no sólo hay que plantearse qué contar sino cómo, desde qué punto de vista, con qué personajes, en qué estilo, en qué tiempo verbal, en qué persona, en qué clave narrativa. Eso no significa que la novela negra sea fácil, en ella hay que ser intrigante, verosímil, conocedor de la realidad social, de los métodos policiales, usar bien el diálogo y enseñar la patita del asesino cuanto más tarde, mejor. Y es que el mismo hecho de escribir es un follón del demonio".

Una confidencia final: "Cada vez que pongo punto final a un libro, blanco o tinto, me doy unos auto golpecitos en la espalda para felicitarme. Nunca sé si he acertado o no, pero he conseguido subir la montaña y sigo viva, incluso conservo cierto equilibrio mental. Que luego me coloque la "opinión pública" donde quiera? menos en la novela rosa, por favor? aunque, ¡quién sabe!, igual sería divertido, porque les aseguro que escribir también lo es". Y leerla, también. Bienvenida, Petra. Se te echaba de menos.

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