La mujer que fue disparada este miércoles en Elda había denunciado a su pareja por malos tratos tras sufrir varios episodios de violencia machista. De hecho, durante la mañana del pasado martes, justo un día antes de perpetrar el atroz acto, fue detenido por agentes del Cuerpo Nacional de Policía de Elda-Petrer. El arresto vino motivado por la comisión de un presunto delito de quebrantamiento de las medidas judiciales destinadas a garantizar la protección de la víctima. Concretamente habría vulnerado la orden de alejamiento de 300 metros de su expareja. Al parecer, según han relatado a este diario varios vecinos de Monforte, los hechos que motivaron su captura se produjeron la semana pasada, cuando el agresor se presentó en el bar donde se encontraba trabajando Jessyca y se enfrentó a ella por el hijo de ambos protagonizando un episodio violento.

Sin embargo, según ha podido averiguar este diario por fuentes policiales, después de ser detenido, Imanol ni siquiera llegó a ingresar en los calabozos de la Comisaría de Elda. El juez de guardia decretó unas horas más tarde su puesta en libertad. Pero previamente, el 2 de noviembre, ya fue arrestado por la Guardia Civil de Novelda por violencia de género y también quedó libre.

Los amigos de Jessyca señalaron ayer que la relación entre ambos se había deteriorado mucho en los últimos meses. Habían roto y se habían reconciliado varias veces. Pero, tras la última ruptura, ella había decidido regresar a su domicilio en Monforte mientras él continuaba viviendo en Elda. Era muy conocido en la ciudad y había trabajado en el calzado pero actualmente se encontraba en el paro. Su mayor afición eran los gimnasios y la musculación. Pero nadie de su entorno más cercano podía imaginarse que fuera capaz de cometer un hecho tan despreciable. También es un misterio la procedencia de la pistola que usó.