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MARCELINO GARCÍA-NORIEGA | Pediatra

"Agoto las posibilidades con padres y profesores antes de medicar a un niño hiperactivo"

"Tuve compañeros con THDA, pero en clase éramos 40 y la disciplina era terrible; se integraron en la mina, un ambiente con posibilidades"

Marcelino García-Noriega, en la entrada del Rectorado de la Universidad, en la calle San Francisco de Oviedo. IRMA COLLÍN

Marcelino García-Noriega Fernández (El Entrego, San Martín del Rey Aurelio, 1963) es jefe del servicio de Pediatría del Hospital Valle del Nalón desde 2015. Hizo Medicina en Oviedo y la especialidad en Salamanca. Es un experto en el trastorno de hiperactividad con déficit de atención.

-Estoy feliz. Tengo pareja desde enero y muchas ganas de hacer muchas cosas en el trabajo.

- ¿Por ejemplo?

-La pediatría medioambiental.

- ¿Qué es eso?

-Desde 1948 la Organización Mundial de la Salud define la salud como el bienestar físico, psíquico, social y medioambiental. El medioambiental es lo que está pasando, cambio climático, agua, tierra, aire. Si el paciente más frágil es el niño, es fundamental que los pediatras estemos en eso.

- ¿Qué proyectos tienen?

-Tres. El embarazo sin tabaco ni alcohol, que influyen en el neurodesarrollo del niño: hiperactivos, espectro autista, discapacidades intelectuales... Hacemos la hoja verde de la embarazada, una historia con todos sus riesgos medioambientales, si trabaja con pesticidas o pinturas...

- Encintas, bebed 0,0%.

-Ni eso. Puede ser 0,01 o 0,02% de alcohol. También nos dirigimos a los hombres. Son importantes las 6 o 7 semanas antes de la concepción, cuando se forman el óvulo y el espermatozoide. Cada vez más estudios dicen que la edad prenatal es fundamental. Los genes son heredados pero los modifica el entorno.

- Segundo programa.

-El guaje sano. A los que consideramos niños de riesgo por las adicciones de la madre los vamos controlando en la consulta.

- Tres.

-El bosque de los nenos, un bosque para la salud. Nace un niño en nuestro hospital y se planta un árbol. Como en la película "Avatar", está vinculado al árbol. Eso conciencia desde niño, si es parte de ti, no lo quemas. Buscamos ayuda de una empresa, pero todo son pegas.

- Hiperactivos y fármacos.

-Hay riesgo de medicalización y crecerá por la influencia americana. Yo formo parte de ella, pero cada día, al entrar en mi consulta, me reseteo y agoto las posibilidades con profesores y padres antes de medicar, sobre todo a los niños pequeños. Cuando lo necesita, hay que dárselo.

- Es drogar a los niños.

-La crítica de Marino Pérez, razonada, de que hay que volver a la normalidad me viene bien, pero me gustaría un cara a cara con él porque vivo el día a día y veo el ahogamiento de los padres. Lo peor es el diagnóstico fácil.

- ¿A qué se refiere?

-Para hacer la historia de un niño hiperactivo paso hora y media con los padres. No se puede medicar con un test de diez minutos.

- Tras esa hora y media, ¿cuántos son hiperactivos?

-Mi consulta es una referencia, me llegan casos de toda Asturias y son sangrantes. Los sigo en la adolescencia, tierra de nadie.

- ¿En la vida tradicional había tanta hiperactividad?

-No, la sociedad potencia esto. Hay un estrés y una exigencia enorme para los críos, entran a las nueve de la mañana en la escuela y a las diez de la noche acaban los deberes. Además preocupa el rendimiento, no que sepan sino la nota que sacan.

- ¿Cuántos compañeros de clase tuvo con THDA?

-Unos cuantos, pero éramos cuarenta en el aula y había una disciplina terrible. Se integraron en un ambiente con posibilidades: la mina. No podemos saber cuál tenía potencialidades. Esta semana vi una dislexia grave (lectura, escritura y discalculia) en un chico de segundo de la ESO, 13 años, y no se graduará. Su madre le da el dinero justo para que no le timen. Si no le reconocen una minusvalía no accederá a la vida laboral. Hay trastornos invisibles.

- ¿Sólo quería ser pediatra?

-O psiquiatra. Elegí pediatría por mi espíritu de niño. La medicina me gustó, pero influyó que, como estudiaba bien, mi madre decía: "Tú, pa médico". No había en la familia.

- ¿A qué se dedicaban?

-Mi padre, Marcelino, era funcionario del Ayuntamiento y mi madre, Marichu, ama de casa.

- ¿Tiene hermanos?

-El pequeño, Melquíades, 5 años menor, hizo Empresariales. El mayor, José Alfredo -llevaba el nombre de dos abuelos muertos en la mina-, murió cuando yo tenía 4 años. Le compraron un balón de reglamento, fue al Bosquín a jugar, el balón cayó al río, fue a por él y se ahogó. Yo crecí sin balón ni bicicleta, más protegido, pero era rebelde y las armé.

- Decía que estudió bien.

-No de destacar, pero con recursos. Mi cabeza es muy movida. Por eso y mis despistes me pongo en el lugar del hiperactivo, pero tengo mucha capacidad de atención. Hice squash, kárate, balonmano, fútbol, futbito, monté a caballo y toqué la guitarra. La bicicleta es mi última pasión, aunque caigo mucho y rompí dientes.

- Vive en Oviedo.

-Sí. Vinimos cuando empecé BUP a los 14 años. Estudié en los Jesuitas. Mi madre me dijo que para entrar debía sacar todo sobresalientes en sexto y lo hice. En los Jesuitas me comprometí a trabajar por la sociedad, entré en la parroquia, toqué la guitarra, estuve en grupos de confirmación. Soy creyente no practicante, mi escala de valores es ignaciana y veo el lado humano de las cosas.

- ¿Sus padres viven?

-Sí. Mi padre es mi ejemplo. Nos ha dado casi todo en vida. Mi madre tuvo un ictus hace 4 años, es dependiente total y está en una residencia en Noreña. Mi padre va a verla todos los días en tren.

- ¿Tiene hijos?

-Estoy divorciado, pero tengo buena relación con mi ex. Tengo tres hijos. Andrés, de 27, hace Medicina; Carlos, de 22, la especialidad de Historia, en Madrid, y Alberto, de 17, está en segundo de Bachiller en los Jesuitas. Nos reunimos a la mesa porque cocino con Thermomix. Somos del Oviedo y el pequeño forofo.

- ¡Pero usted es del Nalón!

-Venimos de La Conda del parque, la de Ángeles Huelga, el bar que disputaba a La Laguna les cebolles rellenes. Se dejó a raíz de la muerte de mi hermano. El originario viene de Sorriego, de mi bisabuela.

- Su Cuenca es del Sporting.

-Cuando los equipos iban por los bares, el Sporting fue a La Laguna. Mi primera camiseta fue del Sporting, por Churruca, pero el Oviedo me regaló un banderín y me convenció.

- ¿Su s hijos quedarán aquí?

-El pequeño quiere hacer Psicología y tiene claro que va a marchar. El de Historia es un trotamundos que pasa el día en cuevas. El de Medicina depende, aquí siempre habrá más trabajo. Es muy triste. Mis compañeros del hospital tienen los hijos fuera, sobre todo los que hicieron Ingeniería. Les damos todo y los mandamos fuera, donde recogen el fruto.

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