Entre el 5 de marzo y junio de 2019, desde la Guayana Francesa, será lanzado un cohete "Ariane 5" de la Agencia Espacial Europea para situar en órbita alrededor del Sol, aproximadamente 1.500.000 kilómetros alejado de la Tierra, el telescopio espacial "James Webb". Según explica Álvaro Giménez, director de Ciencia de la Agencia Espacial Europea (ESA), el telescopio "Webb", fruto de la cooperación con la NASA estadounidense, "revolucionará nuestra comprensión del Universo y los resultados de estas primeras observaciones marcarán el comienzo de una nueva y apasionante aventura en la astronomía". Acaba de publicarse la selección de sus primeros objetivos: el "Webb" -un gran espejo de 6,5 metros de diámetro- iniciará su misión de cinco años tratando de detectar las primeras galaxias del Universo, buscando moléculas orgánicas en nubes de formación estelar y escrutando los misterios del gigante gaseoso Júpiter.

El "Webb" podrá analizar la composición de los planetas fuera de nuestro sistema solar, los exoplanetas, a fin de determinar si son habitables. Es decir, será un buscador de nuevas "Tierras". Las observaciones del "Hubble", telescopio precursor del "Webb", abrieron una carrera por localizar y caracterizar los cuerpos celestes que orbitaban en torno a otras estrellas. Hasta la fecha, el más cercano de todos ellos con características para ser habitable es el llamado Próxima Centauri b, descubierto en 2016, y ubicado a 4,24 años luz de distancia de la Tierra. El único problema para que hubiera vida en este planeta templado sería su sol, Próxima Centauri, "una estrella activa, atormentada por gigantescas erupciones estelares, que emite potentes torrentes de rayos ultravioleta y rayos X mortales que podrían esterilizar al planeta cercano", recibía ayer Stuart Clark en "The Guardian". No obstante, por si esta Tierra extrasolar resultase un lugar inhabitable, un equipo de astrónomos europeos y sudamericanos, liderados por el astrónomo francés Xavier Bonfils, ha localizado a Ross 128, un planeta templado que está a "sólo" 11 años luz del nuestro y que orbita en torno a una estrella enana roja, más débil que el Sol y que no está sujeta a los "feroces arrebatos" de Próxima Centauri. Ross 128 tiene 1,35 veces el tamaño de la Tierra. La temperatura en su superficie podría oscilar entre los 60 grados bajo cero y los 20 grados. Su año, una vuelta completa a su estrella, dura 9,9 días terrestres. Este planeta orbita en torno a su estrella (más fría y pequeña que nuestro sol) a una distancia 20 veces menor que la que existe entre la Tierra y el Sol, pero recibe sólo 1,38 veces más radiación que nuestro planeta. De momento se desconoce su composición, la de su atmósfera y su química. Para saber si, por ejemplo, hay oxígeno, habrá que esperar a la puesta en marcha de otro telescopio, el llamado "E-ELT", el "Telescopio Europeo Extremadamente Grande", con un espejo de 40 metros de ancho, cuatro veces más grande que cualquiera de la actualidad. Pero eso será en el año 2024.