La casa Sotheby's subastó en Nueva York "Three studies for a portrait of George Dyer" de Francis Bacon por 38,6 millones de dólares, el primer retrato de los muchos que el artista irlandés dedicó a su amante y principal fuente de inspiración.

La subasta de arte contemporáneo incluía obras de Warhol, Lichtenstein, Burgeois y Basquiat, aunque también se coló un Ferrari que Michael Schumacher condujo en el Gran Premio de Mónaco de 2001, y que acabó convirtiéndose en uno de los artículos más disputados.

Los cerca de 70 lotes fueron vendidos por un total de 310 millones de dólares.

Pintado en 1963, "Three studies for a portrait of George Dyer" marca el comienzo de la tortuosa relación de Bacon con su numen. Este tríptico es el primer retrato que el artista dedicó a su amante, un apuesto ladrón de poca monta que pronto se convirtió en el protagonista de sus cuadros más codiciados.

La leyenda cuenta que se conocieron cuando Dyer entró a robar en el apartamento del artista. El joven caco, que había nacido en los suburbios en el seno de una familia de delincuentes, quedó prendado del éxito y el carisma del pintor, que a su vez se enamoró de la vulnerabilidad que desprendía Dyer.

Tras una intensa relación llena de excesos, George Dyer se suicidó, una pérdida que se trasladó a la obra de Bacon, a partir de entonces marcada por "los demonios, el desastre y la pérdida", como él mismo reconoció.

El tríptico vendido hoy es eminentemente pasional, y en el dinamismo de sus trazos se puede leer lo problemático de su relación, eléctrica y tóxica a partes iguales.

Era sin duda el gran reclamo de la subasta de esta noche. En 2013, otro tríptico de Bacon, "Three Studies of Lucian Freud", se subastó por 142 millones de dólares, convirtiéndose en la obra más cara de todas las subastas, un récord que pulverizó este miércoles un Da Vinci vendido por 450 millones.

La segunda obra mejor pagada fue un retrato de Mao Tse Tung que pintó Andy Warhol en 1972, vendido por 32,4 millones de dólares y que simboliza la banalización del comunismo, ya que el icono del "pop art" convirtió a su gran valedor en mera mercancía capitalista.

Warhol creó hasta 199 cuadros de Mao, pero la obra subastada hoy pertenece a la primera tanda de solo 11 cuadros. De los diez restantes, la mitad se encuentra en importantes galerías públicas y privadas, y del resto se desconoce su paradero.

La tercera obra que mayor valor logró fue "Female head", de Roy Lichtenstein, vendida por 24,5 millones de dólares y que combina el tema recurrente del artista, las rubias seductoras, con su icónico lenguaje plástico.

El cuadro, fechado en 1977, se ha vendido muy por encima de su valor previsto, después de una reñida batalla a tres bandas.

Era la primera vez que la dama multiperfil se dejaba ver por una casa de subastas. La fotógrafa Elizabeth Rea lo compró a un marchante pocas semanas después de que fuese pintado, y lo conservó durante más de 40 años como oro en paño.

Otro artículo que se vendió por encima del precio estimado fue el Ferrari con el que Schumacher se hizo con el Gran Premio de Mónaco en 2001, y que tuvo un número inusitado de pujas.

Finalmente, un comprador se hizo con él tras pagar 7,5 millones de dólares, estableciendo un récord para un coche de Fórmula 1 moderno.

Yoko Ono vendió por 11 millones de dólares uno de los tesoros de su colección privada, "Cabra", del estadounidense Jean-Michel Basquiat, una representación de la victoria de Muhammad Ali, símbolo de la lucha antirracista, contra el "imbatible" Oscar Bonavena, apodado "El Toro".